MADRID 23 Oct. (EUROPA PRESS) -
Uno de los principales problemas que se encuentran los profesionales sanitarios para evaluar la funcionalidad en estos pacientes es la falta de tiempo en las consultas, sobre todo en el ámbito de Atención Primaria, por la sobrecarga asistencial, ha señalado el Antonio Alcántara Montero, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria en el Consultorio de Malpartida de Cáceres y miembro del Grupo de Trabajo de Dolor de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN).
Por otro lado, también se encuentra "la falta de conocimiento o formación sobre las herramientas existentes para evaluar la funcionalidad en los pacientes con dolor crónico", ha explicado en la ponencia '¿Por qué la funcionalidad debe ser un objetivo terapéutico a tener en cuenta en el manejo del paciente con dolor crónico?', que se ha llevado a cabo con el apoyo de Grünenthal en el marco del 42 Congreso Nacional de SEMERGEN, que este año se ha celebrado de forma virtual.
Por su parte, el doctor Pedro Juan Ibor Vidal, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria en el Centro de Salud Guillem de Castro de Valencia y coordinador del Grupo de Trabajo de Dolor de SEMERGEN, ha destacado que de forma general no se emplean cuestionarios en la práctica clínica para evaluar dicha funcionalidad, una forma de determinar si un tratamiento está siendo beneficioso para el paciente es preguntar por la calidad de vida y si el paciente consigue realizar actividades que antes no realizaba.
Alcántara añade, al respecto, que "cada paciente tiene unas prioridades de tratamiento en el abordaje del dolor". Así, por ejemplo, para algunos pacientes con dolor crónico el principal objetivo de tratamiento es la reducción del dolor en sí; mientras que otros pacientes se preocupan más por aspectos sociales o psicológicos, relacionados con la funcionalidad, como poder ir a trabajar, disfrutar de su ocio y simplemente poder dormir bien por la noche.
TELEMEDICINA Y LA ASISTENCIA TELEMÁTICA
Uno de los aspectos que se han tratado durante la sesión ha sido el uso de la telemedicina y la asistencia telemática para estos pacientes, un modelo que la situación generada por la pandemia por la COVID-19 ha acelerado. Según el doctor Ibor, "para que la telemedicina sea una realidad los medios técnicos tienen que reforzarse por parte de las administraciones y, por otra parte, la eficacia de la misma dependerá de una buena selección del paciente que la va a recibir".
"La consulta virtual o teleasistencia es un concepto que ha traído la tecnología y que todavía estaba en desarrollo en el ámbito sanitario, pero que ha habido que implantar ya, para evitar posibles contagios", señala Alcántara, quien opina que esta asistencia debería ser una primera opción "sobre todo en pacientes de riesgo" y que debería incluir "no solo la entrevista con el paciente, sino también la revisión de pruebas por medios telemáticos".
En cuanto a los tratamiento, el doctor recuerda que a la hora de afrontar el tratamiento del dolor de un paciente, antes de plantear qué fármaco necesita, hay que pensar en el tipo de dolor que presenta.
Respecto al papel que desempeñan los llamados opioides atípicos en aquellos cuadros de dolor que tienen un componente neuropático, señala que este tipo de fármacos, "además de tener un componente opioide, presentan también un componente que actúa como inhibidor de la recaptación de neurotransmisores relacionados con la modulación de las vías descendentes del dolor".