MADRID 16 Abr. (EUROPA PRESS) -
La Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF) destaca la necesidad de aumentar la visibilidad sobre espasticidad para poder abordar mejor la enfermedad desde múltiples perspectivas ya que "mejorar la visibilidad de la espasticidad implica educar a la sociedad, sensibilizar sobre los desafíos a los que se enfrentan las personas afectadas y promover la inclusión en todos los aspectos de la vida", según explica la presidenta de SERMEF, la doctora Carolina de Miguel.
"A través de campañas de concienciación, así como de organizaciones de la salud, instituciones médicas y grupos de apoyo que amplifiquen los esfuerzos de sensibilización en esta patología, podremos mejorar la conciencia y la acción en torno a la espasticidad", añade.
La espasticidad es un signo clínico que ocurre en numerosas afecciones neurológicas, como ictus, esclerosis múltiple, daño cerebral hipóxico, lesión cerebral traumática, lesión medular, tumores y enfermedades degenerativas. La espasticidad tiene una repercusión importante para el individuo, por pérdida de funcionalidad y autonomía, y también por su afectación de la calidad de vida.
Además, el tratamiento de la espasticidad es multidisciplinar y complejo, dependiendo de factores como la gravedad de la espasticidad, su localización o la patología subyacente y las comorbilidades y las complicaciones derivadas de la espasticidad.
Se estima que, en España, afecta a uno de cada 1000 habitantes y en el mundo, más de 12 millones de personas sufren espasticidad. Las cifras de incidencia y prevalencia de la espasticidad son variables. En el ictus, se estima que alrededor de un 38-40 por ciento de los pacientes tendrá algún grado de espasticidad y el 16 por ciento requerirá tratamiento.
Esto será diferente dependiendo del tiempo transcurrido, y varía entre el 27 por ciento al mes y el 42,6 por ciento en la fase crónica. En la lesión medular también hay cifras discordantes, pero se estima que un 40 por ciento de las personas con una lesión medular tendrá espasticidad. Sin embargo, los datos de los estudios varían entre un 40 y un 78 por ciento.
En la esclerosis múltiple, la espasticidad está presente en más del 80 por ciento de los pacientes en algún momento de la enfermedad; en la parálisis cerebral, en el 72-91 por ciento, y en el traumatismo craneoencefálico moderado-grave, hasta en el 63,4 por ciento. La espasticidad no solo afecta al ámbito físico de la salud de los pacientes, sino que también tiene un impacto emocional y social significativo en sus vidas.
El diagnóstico precoz y el acceso a un tratamiento integral son fundamentales para mejorar la calidad de vida de los pacientes. "Contando con un equipo multidisciplinar dotado de profesionales de la salud, podemos garantizar que los pacientes con espasticidad reciban un enfoque integral de atención que aborde no solo los aspectos médicos, sino también los emocionales y sociales de su condición", agrega De Miguel.
De esta forma, se podrá "proporcionar al paciente y a sus familiares información detallada sobre la espasticidad, incluyendo su causa, síntomas, opciones de tratamiento y pronóstico. Por último, realizar un seguimiento regular del paciente para evaluar la efectividad del abordaje terapéutico y realizar ajustes según sea necesario.
En definitiva, la doctora aboga por "desarrollar un plan de tratamiento personalizado que aborde las necesidades específicas del paciente, teniendo en cuenta tanto los aspectos médicos como los emocionales y sociales de su condición. Esto puede incluir terapia física y ocupacional para mejorar la movilidad y la función, así como terapia psicológica"