MADRID, 12 May. (EUROPA PRESS) -
Conseguir la mejor atención, tanto en el propio centro hospitalario, como a nivel domiciliario es, apunta el doctor Pedro J. Alcalá, presidente de la Sociedad Española de Pediatría Interna Hospitalaria (SEPIH), el mayor reto al que se enfrentan actualmente los especialistas en Pediatría Interna Hospitalaria.
"Estos pacientes requieren una atención integral, no sólo de sus aspectos médicos, sino de sus necesidades psicológicas y sociales, además de un gran apoyo a sus familias, que son actores imprescindibles", recuerdan don motivo del Día del Niño Hospitalizado que se celebra mañana, 13 de mayo.
En los últimos años, con la mejora de la supervivencia en cuidados intensivos pediátricos y neonatales y el mejor desarrollo de terapias y técnicas, se ha producido un incremento del número de pacientes ingresados con una enfermedad crónica compleja, es decir, con una patología tan importante como para precisar atención pediátrica especializada u hospitalización prolongada durante más de 12 meses.
Bajo este concepto, se engloban muchas enfermedades con gran afectación vital y familiar. Patologías que, aunque inicialmente pueden vincularse con un problema principal (neurológico, cardiológico, respiratorio, metabólico, etc.), repercuten en el resto de los órganos y sistemas, requiriendo en muchas ocasiones medidas de soporte respiratorio, dispositivos para la alimentación o un catéter venoso central permanente.
Además, como advierten desde la SEPIH, se viene produciendo en la última década un incremento del número de pacientes con condiciones de salud crónica y necesidades continuadas de cuidados hospitalarios. "Además de todos los cuadros agudos, existe incremento muy marcado del número de niños con enfermedades crónicas y complejas en las que participan muchos especialistas e incluso centros, con el riesgo de fragmentación de la asistencia eso conlleva a las familias", apunta el doctor Alcalá.
En cuanto a cómo ha afectado la pandemia, destacan que la nueva realidad asistencial condicionada por los años de la pandemia por COVID-19, sumada a la reaparición en el último año de patologías infecciosas que habitualmente implican la hospitalización -en muchos casos, con un cambio de la estacionalidad que dificulta la preparación previa y la actividad preventiva-, hace que los servicios de Pediatría se enfrenten a un momento de gran
omplejidad.
Así se están produciendo picos de asistencia que generan una gran ocupación en las plantas de hospitalización a causa de procesos infecciosos agudos, como la bronquiolitis, o gastrointestinales, muchas veces relacionados con la reanudación de la escolaridad.