MADRID 16 Feb. (EUROPA PRESS) -
El Grupo Español de Hematogeriatría, de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), que ha celebrado su workshop anual, ha advertido de que la fragilidad del paciente debe valorarse antes de elegir cualquier tipo de inmunoterapia.
La hematogeriatría ha demostrado su utilidad para mejorar la atención médica al paciente mayor con patologías hematológicas, especialmente con cáncer hematológico, según explica Mónica Ballesteros Andrés, nueva presidenta del Grupo Español de Hematogeriatría (GEHEG) y especialista del Servicio de Hematología y Hemoterapia del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid.
La inmunoterapia está más desarrollada en el linfoma y en el mieloma múltiple, por lo que el programa del GEHEG incluye la valoración de la fragilidad en cada una de estas patologías, así como la revisión de los datos en el paciente adulto mayor.
La doctora Ballesteros explica que el objetivo del Grupo GEHEG a corto plazo es "formalizar la hematogeriatría como una disciplina transversal tanto en Hematología como en Geriatría, aunando fuerzas de ambas especialidades para mejorar la atención médica a los pacientes adultos mayores con patologías hematológicas".
Un concepto que atañe a ambas especialidades es la inmunosenescencia o envejecimiento del sistema inmune que va acorde con la edad. "Cada vez hay más evidencia del papel del sistema inmune en el desarrollo de tumores y la inmunosenescencia explicaría en parte el aumento de la prevalencia de la mayoría de las neoplasias hematológicas en el paciente adulto mayor", comenta la especialista.
"La hematogeriatría pretende ampliar conocimientos del paciente adulto mayor, cómo medir su fragilidad y cómo intervenir sobre la misma para ofrecer el mejor tratamiento a nuestros pacientes hematológicos ancianos que cada vez se incrementan más en número", añade.
Durante la reunión, los expertos indican la necesidad de prescribir ejercicio físico en el paciente hemato-oncológico. El objetivo es prevenir la fragilidad y, en consecuencia, aumentar la resiliencia para optimizar el reto terapéutico del paciente anciano con neoplasia hematológica.
La inmunoterapia se consolida como modalidad terapéutica que otorga opciones de tratamiento más allá de las quimioterapia y radioterapia. "Aunque los hematólogos tenemos experiencia en el trasplante alogénico de progenitores hematopoyéticos como modalidad de inmunoterapia, este no se oferta a los pacientes ancianos por su elevada mortalidad. En el momento actual se incrementan en la cartera terapéutica los anticuerpos monoclonales, más allá del anti-CD20 que llevamos utilizando desde hace años en linfomas", advierte.
"También se incluyen nuevos tratamientos de inmunoterapia como los anticuerpos inmunoconjugados, los anticuerpos biespecíficos y los cada vez más consolidados CAR-T, tratamientos todos que en principio podrían ser administrados en el paciente adulto mayor", explica la doctora Ballesteros.