La medida acarreará problemas a aquellos donde el esfuerzo es físico o tienen mucho estrés
MADRID, 20 Dic. (EUROPA PRESS) -
Retrasar la edad de jubilación como propone el Gobierno hasta 67 años es una medida que puede mantener e incluso mejorar la salud mental, sobre todo si el trabajo que se desempeña es intelectual, según ha explicado el médico general del Grupo de Salud Mental de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), el doctor José Manuel Solla.
"Tener una obligación, un reto intelectual y un horario, puede ejercer como mecanismo protector a nivel síquico, en ese sentido sería positiva la disciplina a la que te obliga un trabajo intelectual, ya que puede refrescar, mantener e incluso mejorar la salud mental", ha explicado a Europa Press.
A su juicio, es imposible conocer las consecuencia que realmente pueden tener ésta medida para el trabajador, pero todo hace pensar que "retrasar la edad de jubilación no siempre es negativo". Sobre todo si se tiene en cuenta que recientes estudios realizados con trabajadores prejubilados, explica Solla, han demostrado que, "curiosamente, esa gente vive menos y tiene más patologías".
Por lo tanto, una primera lectura es que no siempre prolongar la edad de jubilación es algo negativo; sin embargo, recuerda que hay que tener en cuenta los condicionantes del trabajador y del trabajo que realiza. "No se puede hablar de una jubilación positiva o negativa, sino que habría que ceñirlo mucho al tipo de individuo, el trabajo que realiza, las condiciones físicas a las que llega en la edad de jubilación, etc., por tanto hay tantos factores como individuos", añade.
En este sentido, asegura, habrá gremios a los que les suponga un gran problema, esto se producirá en mayor medida en aquellos que desempeñan un trabajo físico, donde su cuerpo ha sufrido un desgaste con los años. Para estos colectivos, advierte, "dilatar la jubilación se puede llevar muy mal al recaer el peso sobre la salud del individuo; conllevará repercusiones biológicas, como enfermedades, y psicologías, al no estar físicamente capacitado, como la depresión".
En el peor de los casos, cuando el trabajo es físico y tiene un desgaste, el trabajador "entraría a desarrollar patologías asociadas a lo que conlleva una situación estresante, una situación que puede ser vivida con angustia, donde se podría caer en ansiedad, depresión, etc".
Ante esta situación, Solla recomienda al Ejecutivo que el retraso de la jubilación sea voluntario, es decir que "la persona pueda decidir jubilarse más tarde, de modo que no fuera una obligación sino una elección", ya que "esto sería lo más positivo".
En el mismo sentido, el doctor Juan Antonio Trigueros, responsable del Grupo de trabajo de Aparato Locomotor de la SEMG, afirma que sería conveniente además estudiar una "modulación de la tarea" como la ya existente en determinadas profesiones, "de tal manera que, a partir de una determinada edad, se pueda optar por trabajar con una adecuación de las tareas". "En algunos sectores se podría intentar, sobre todo donde la siniestralidad laboral sea muy alta", añade.
AUMENTARÁN LOS ACCIDENTES LABORALES
Respecto a la consecuencias físicas que la decisión del Gobierno puede tener sobre la salud de la población, este experto ha señalado a Europa Press aquellas derivadas de los procesos degenerativos del ser humano, señalando fundamentalmente las relacionadas con los problemas cardiovasculares (hipertensión, cerebrovasculares, cardiopatías, etc), aparato locomotor (artrosis, artritis, etc) y enfermedades respiratorias (bronquitis, enfisema, bronquiolitis, etc).
"Sin lugar a dudas ésta decisión ocasionará un aumento de la prevalencia de la enfermedades vinculadas a la degeneración, lo cual no quiere decir que la medida no será rentable ya que, realmente, la mayoría de la población está sana para trabajar", aunque, advierte de que deberá tenerse en cuenta "el impacto de la calidad de vida en la gente que, estando ya enferma, tiene que seguir trabajando dos años más".
En cualquier caso, advierte de que se trata de un tema que debe ser desarrollado "con cuidado" observando las diferencias de los componentes laborales. Así, destaca ciertas profesiones físicas como las relacionadas con la construcción, el sector agrícola/ganadero/pescador, etc, y otras no físicas, en los que se deberá tener en cuenta su ritmo de trabajo y el estrés que éste puede producir, como es el caso de médicos, periodistas, el sector transportes, etc, que serán los que se verán más afectados.
Además, añade, el Gobierno deberá tener en cuenta aquellas profesiones que suelen estar vinculadas con los accidentes de trabajo, ya que "es muy posible que aumenten los accidentes laborales así como las enfermedades, y eso es probable que suceda con más frecuencia en aquellas personas que quieran desempeñar la misma actividad con la misma intensidad teniendo más años".
En cualquier caso, este experto manifiesta que es complicado en estos momentos conocer cuáles serán las repercusiones reales, al no tener estadísticas, ni estudios al respecto y, por tanto, "es difícil valorar cómo repercutirá en la calidad de vida".