MADRID 20 Ago. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de Japón han descubierto recientemente un vínculo entre ambos han encontrado relación entre el trasplante de células hematopoyéticas (TCH) -en el que las células madre que pueden diferenciarse en diferentes tipos de células sanguíneas se extraen de un individuo donante y se trasplantan a un individuo receptor- con las bacterias del tracto digestivo, comúnmente conocidas como microbiota intestinal.
La deficiencia de la proteína inhibidora de la apoptosis ligada al cromosoma X (XIAP) es un raro trastorno de inmunodeficiencia que se presenta en la infancia o en los primeros años de vida. Suele ir acompañada de una enfermedad inflamatoria intestinal (EII) grave que no responde bien a los fármacos, pero los pacientes pueden curarse con un TCH.
En un estudio publicado en 'The Journal of Allergy and Clinical Immunology: In Practice', investigadores de la Universidad Médica y Dental de Tokio (TMDU) han revelado que, además de mejorar los síntomas, el TCH normaliza la microbiota intestinal de los pacientes con EII asociada a la deficiencia de XIAP.
"Sabemos que la microbiota intestinal está alterada en los pacientes con EII --afirma el autor principal del estudio, Shintaro Ono--. Dado que el TCH puede curar la EII en pacientes con deficiencia de XIAP, queríamos investigar si la microbiota intestinal también cambiaba en estos pacientes".
Para ello, los investigadores examinaron la microbiota intestinal de los pacientes antes de que se sometieran al TCH, y luego volvieron a examinar la microbiota después del TCH. A continuación, compararon la composición y la diversidad de la microbiota de cada paciente con las de los familiares cercanos de los pacientes, que se utilizaron como controles sanos.
"Como se esperaba, casi todos los pacientes lograron la remisión de la EII --explica Hirokazu Kanegane, autor principal--. También descubrimos que la microbiota intestinal de los pacientes pasó de ser muy diferente a la de sus familiares antes del TCH, a ser muy similar después del TCH".
En particular, la microbiota intestinal de cada paciente antes del TCH era menos diversa y contenía menos bacterias del grupo Bacteroidetes, que se han relacionado con la diabetes, la obesidad y el síndrome del intestino irritable. Tras el TCH, tanto la diversidad como la composición de la microbiota eran muy similares a las de los familiares cercanos.
"Nuestros resultados indican que el TCH disminuye la inflamación intestinal y restablece la microbiota intestinal en pacientes con deficiencia de XIAP", resalta Kanegane.
Así pues, aunque la tasa de supervivencia del TCH se mantiene en torno al 85%, es un tratamiento muy prometedor para los pacientes con EII asociada a la deficiencia de XIAP. La investigación destinada a mejorar la tasa de supervivencia proporcionará una esperanza aún mayor a los pacientes y sus familias.