La rehabilitación tras un infarto en España es cosa de hombres

Unidad De Rehabilitación Cardiaca Del Hospital Juan Ramón Jiménez.
EUROPA PRESS/JUNTA - Archivo
Actualizado: miércoles, 11 abril 2018 13:36

MADRID, 11 Abr. (EUROPA PRESS) -

Un estudio en 10 hospitales españoles ha revelado que las mujeres que sufren un infarto agudo de miocardio participan un 70 por ciento menos en programas de rehabilitación cardiaca en comparación con los hombres que sufren este tipo de eventos, pese a que son determinantes para su recuperación y la prevención de nuevos infartos.

Así se desprende de los resultados de un trabajo llevado a cabo por un equipo del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, en colaboración con la Fundación Mapfre, basado en el seguimiento de 1.056 pacientes que sufrieron un infarto entre enero y septiembre del año pasado, 307 de ellos mujeres, en los que se midieron 162 variables distintas.

Los pacientes fueron atendidos en los hospitales Ramón y Cajal y la Fundación Jiménez Díaz de Madrid; el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago; el Clínic de Barcelona; el Virgen Macarena de Sevilla; el Reina Sofía de Córdoba; el Clínico Universitario de Valencia; el Son Espases de Palma de Mallorca; el Complejo Hospitalario Universitario de Gran Canaria, y el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), en Oviedo.

Y, de todos ellos, tras el alta hospitalaria solo un 19,9 por ciento de las mujeres salieron con una cita para participar en un programa de rehabilitación cardiaca, frente al 33,9 por ciento de los hombres.

"El hecho de que hagan menos rehabilitación va a influir en su pronóstico", ha reconocido el jefe del Servicio de Cardiología del Ramón y Cajal, José Zamorano, ya que además de la recuperación física en este tipo de programa se incide mucho también en el ámbito de la prevención, el control de los factores de riesgo o la medicación, claves para prevenir segundos eventos.

Generalmente suelen durar unas 8 semanas y los autores del estudio creen que esta diferencia tan "significativa" no se debe a que "se prescriba menos a mujeres que a hombres", según este experto.

"No es una cuestión de sexismo, sino que tienen más dificultades a la hora de dedicarse durante ese periodo a recuperarse. Siempre se ha dicho que las mujeres son expertas en cuidar pero no en cuidarse, y está claro que tenemos un área importante de mejora", ha reconocido.

El trabajo también analizó otras diferencias por sexos ya conocidas, como el hecho de que la enfermedad aparezca 7 años más tarde en mujeres (71 años de media) que en hombres (64), lo que hace que por lo general ellas presenten más factores de riesgo asociados, como hipertensión, diabetes, colesterol o insuficiencia renal.

Esto influye también en el abordaje de la enfermedad, ya que el uso del cateterismo cardiaco es algo mayor en hombres (95,6%) que en mujeres (91,5%), en las que además también suelen usarse con menos frecuencia 'stent' más modernos.

EN LAS MUJERES SE USAN TÉCNICAS MÁS ANTIGUAS

En concreto, el estudio reveló que al 75,4 por ciento de los hombres se les implantó un 'stent' farmacoactivo, clave para evitar nuevas estenosis de la pared arterial, frente al 67,8 por ciento de las mujeres.

"Hay cardiólogos que deciden recurrir más a 'stent' antiguos porque creen que no hacen tantas complicaciones en caso de sangrado, que es más habitual en mujeres, pero las cosas están cambiando porque los nuevos cada vez son más seguros", ha explicado María Plaza, cardióloga del Ramón y Cajal que también ha participado en el estudio.

Asimismo, también han observado diferencias en la forma en que hombres y mujeres experimentan un infarto. Así, la molestia típica del dolor opresivo en el pecho se da en un 80 por ciento de los hombres y un 75 por ciento de las mujeres, que refieren con más frecuencia dolores que se extienden al brazo o cuello (57,3% frente a 49,7%), problemas para respirar (33% frente a 19,4%) o palpitaciones (5,9% frente a 2%).

"Esto puede conllevar también un retraso en el diagnóstico y tratamiento, y el tiempo en un infarto es vida", ha reconocido esta experta.

Ante estos datos, ambos autores reconocen que sería interesante hacer un seguimiento a todos los pacientes analizados para ver si las diferencias observadas, tanto en el manejo de la enfermedad como en su rehabilitación posterior, tiene repercusiones en el pronóstico a medio plazo.

ya que la edad media de los pacientes infartados fue de