MADRID 19 Feb. (EUROPA PRESS) -
El médico especialista en Dermatología Jesús Gardeazabal, exjefe de servicio de Dermatología del Hospital Universitario Cruces (Vizcaya), ha aconsejado a aquellas personas que detecten cambios en sus lunares que acudan al médico con el fin de detectar a tiempo melanomas malignos y poder iniciar un tratamiento de forma precoz.
Así lo ha señalado en la conferencia 'Manchas en la piel', dentro de la última edición del ciclo 'Encuentros con la Salud', organizadas por el diario El Correo. "La mayor parte de los melanomas malignos son diagnosticados y tratados precozmente, con un pronóstico favorable. Para su reconocimiento, es de gran ayuda seguir la regla ABCDE del melanoma", ha explicado.
se refiere a autoexplorar las manchas de la piel teniendo en cuenta A, asimetría de la mancha (los melanomas suelen ser asimétricos); B, borde de la misma (los melanomas acostumbran a presentar bordes irregulares); C, color (no uniforme, en el caso de los melanomas); D, diámetro (mayor de 6 mm en el caso de estas lesiones); y E, evolución (cambios rápidos en el tiempo, sangrado, inflamación, picor, etcétera).
El profesional ha hecho especial hincapié en las personas de piel blanca, con una gran cantidad de lunares en la piel (varias decenas o incluso centenas) y de unos 50 años en adelante, a quienes ha instado a acudir a una revisión de su epidermis una vez al año por un especialista en dermatología.
Para la protección de la piel, Gardeazabal ha apuntado al uso de filtros solares, aplicando una cantidad generosa de producto, independiente de su factor de protección. Además, ha recordado que cuanto más vertical sea la incidencia de la radiación solar (sombras más cortas), mayor es la radiación que recibe el organismo, mientras que cuanto más oblicua sea, menor es la radiación recibida (sombras más alargadas), algo que sucede de manera habitual a primera hora de la mañana y última de la tarde.
MANCHAS BENIGNAS DE LA PIEL
Por otra parte, el doctor ha enumerado las distintas manchas benignas de la piel, comenzando por las pecas, "frecuentes en la infancia y en la cara, y en personas pelirrojas, muestran únicamente una concentración puntual de la melanina, con una importancia únicamente estética".
Sobre los lentigos solares, el experto ha recordado que surgen en las zonas de la piel en las que más se exponen a la radiación solar a lo largo de la vida, como la cara y las manos, "siendo manchas oscuras típicas de las personas mayores, en estas zonas, y sin ninguna relevancia desde el punto de vista de la salud".
Otras manchas solares que aparecen con frecuencia en mujeres durante etapas con cambios hormonales son los melasmas o cloasmas, una hiperpigmentación que se muestra típicamente en algunas zonas de la cara, como el labio superior o mejillas, como consecuencia de breves exposiciones solares. "Son difíciles de tratar, aunque su única repercusión es estética", ha indicado.
También ha hecho referencia a las queratosis seborreicas, que son muy frecuentes en personas mayores. "Comienzan a aparecer en la quinta década de la vida, presentando un aspecto de verrugas ásperas, de color oscuro (negro o más claro) y que van apareciendo por todo el cuerpo. No son malignas, solo estéticas y a veces son grandes y numerosas en algunas zonas", ha explicado.