MADRID, 28 Nov. (EUROPA PRESS) -
Cardiólogos y oncólogos radioterápicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, en San Luis (EEUU), han descubierto que la radioterapia a dosis bajas parece mejorar la función cardiaca en diversas formas de insuficiencia cardiaca.
Los mismo expertos fueron pioneros en el uso de la radioterapia -una estrategia habitualmente empleada contra el cáncer- para tratar a pacientes con un ritmo cardiaco anómalo potencialmente mortal denominado taquicardia ventricular.
Ahora, tras estudiar los efectos cardiacos de la radiación en un pequeño número de estos pacientes y modelizar los efectos de la radiación a dosis bajas en ratones con insuficiencia cardiaca, el equipo de investigación ha descubierto que la radioterapia a dosis bajas parece mejorar la función cardiaca, aunque advierten que se necesitan más estudios antes de que los investigadores puedan evaluar esta terapia en pacientes con insuficiencia cardíaca.
El estudio, publicado el 28 de noviembre en la revista 'Med', sugiere que la radioterapia a dosis bajas mejora la función cardiaca, al menos en parte, al reducir el número de células inmunitarias inflamatorias en el músculo cardiaco.
"La radioterapia utilizada para tratar la taquicardia ventricular se dirige a un lugar específico del corazón; sin embargo, una gran parte del resto del corazón recibe una exposición a dosis bajas", ha explicado el coautor principal y cardiólogo, Ali Javaheri.
"Queríamos conocer los efectos de esas dosis bajas de radiación en el corazón de estos pacientes. Existía la preocupación de que pudiera ser perjudicial para la función cardiaca en general, aunque tratara arritmias peligrosas. Nos sorprendió descubrir lo contrario: la función cardiaca parecía mejorar tras la radioterapia, al menos a corto plazo", ha añadido.
Alrededor de 6,2 millones de adultos estadounidenses padecen actualmente insuficiencia cardíaca, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Más de la mitad de los pacientes hospitalizados por insuficiencia cardíaca mueren en los cinco años siguientes a la primera hospitalización, lo que demuestra la necesidad de mejores terapias. Un corazón insuficiente pierde gradualmente su capacidad de suministrar sangre oxigenada al organismo. La insuficiencia cardíaca, una enfermedad compleja, puede tener diversos desencadenantes, como un infarto pasado, una infección vírica o arritmias crónicas como la taquicardia ventricular.
Un grupo de nueve pacientes con taquicardia ventricular fue evaluado con resonancia magnética cardiaca antes y después de la radioterapia, y las resonancias mostraron una mejora de la función cardiaca poco después de la radiación. En concreto, los corazones de los pacientes mostraron una mejora de la capacidad de bombeo del ventrículo izquierdo, que suministra sangre a todo el cuerpo. La mejora se observó pocos días después del tratamiento, por lo que se consideró improbable que se debiera a la reducción de la arritmia, que se produce de forma más gradual a lo largo de las semanas y meses siguientes.
Los investigadores también estudiaron los efectos de dosis bajas similares de radiación en el corazón de grupos de ratones con insuficiencia cardiaca por tres causas diferentes. De forma similar a lo observado en los pacientes humanos, los investigadores constataron una mejora de la función cardiaca en los ratones que recibieron radioterapia, especialmente en el ventrículo izquierdo. En los ratones con insuficiencia cardiaca progresiva, la radioterapia aumentó la supervivencia de los animales, lo que indica que la mejora de la función cardiaca se tradujo en una mayor supervivencia.
Los investigadores descubrieron que los corazones de los ratones con insuficiencia que recibieron radiación presentaban una reducción de la fibrosis -o tejido cicatricial- y de los macrófagos cardíacos, un tipo de célula inmunitaria que puede provocar inflamación en el corazón. En general, los corazones irradiados tenían menos células que proliferan con rapidez -como las células inmunitarias y los fibroblastos-, que tienden a contribuir al empeoramiento de la insuficiencia cardiaca. En cambio, las células normales del músculo cardiaco no suelen dividirse con frecuencia, si es que lo hacen.
"Sabemos que las células que se dividen rápidamente -como las cancerosas, por ejemplo- tienden a ser más susceptibles a la muerte por radiación", ha afirmado la coautora principal y oncóloga radioterapeuta Carmen Bergom. "El efecto que observamos en estos corazones es probablemente más complejo que una simple reducción de las células inmunitarias inflamatorias que se dividen rápidamente. Seguimos investigando para profundizar en qué más puede estar ocurriendo, pero nos ha sorprendido gratamente ver pruebas de que la radiación a dosis bajas en estos corazones puede reducir la inflamación y ayudar a remodelar el corazón de forma beneficiosa", ha explicado.
Para saber más sobre los efectos de la radiación en el corazón, los investigadores tienen previsto seguir investigando en los pacientes que ya reciben radioterapia para la taquicardia ventricular. El estudio actual mostró, mediante resonancia magnética, una mejora de la función cardiaca. A continuación, los investigadores planean realizar estudios más avanzados para ver si hay pruebas de reducción de la inflamación en los corazones humanos, de forma similar a lo que descubrieron en los ratones.