MADRID 13 Nov. (EUROPA PRESS) -
El miembro del Grupo de Tumores de Cabeza y Cuello (GEORCC) de la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR), Jorge Contreras, ha informado, durante el VII Congreso Nacional para Pacientes con Cáncer del Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC), que actualmente la radioterapia está alcanzando unos porcentajes similares de curación que la cirugía en determinados tumores y que, además, deja menos secuelas en los pacientes.
"Se ha demostrado en múltiples estudios de investigación que la radioterapia puede obtener resultados similares a la cirugía en diferentes tumores pero con menor mutilación y coste, basado no solo en términos puramente económicos sino también en calidad de vida y mayor rapidez de incorporación a la actividad profesional tras el tratamiento", ha recalcado.
En estos momentos de "gran desarrollo tecnológico", la radioterapia es susceptible de ser administrada en cualquier tipo de cáncer, pero en los que más se usa es en cáncer de mama tras cirugía conservadora y en cáncer de próstata con intención curativa. Además, los tumores digestivos y los de pulmón tienen un porcentaje de utilización de radioterapia similar en ambos sexos, debido a la incorporación cada vez mayor de la mujer al hábito tabáquico.
En concreto, aproximadamente un 90 por ciento de los pacientes de cáncer requieren un tratamiento radioterápico durante la evolución de su enfermedad. De ellos, la mitad se trata con intención curativa, el 20-30 por ciento con intención de mejorar los síntomas (paliativa) y en un 20 por ciento se realizan tratamientos radioterápicos complementarios con otros procedimientos --principalmente la cirugía--.
En este sentido, Contreras ha comentado que la técnica de irradiación más extendida actualmente es la radioterapia externa, que se administra con modernos y sofisticados aparatos llamados aceleradores lineales. Además, existe otra forma de administrar irradiación de forma interna denominada braquiterapia, que es la aplicación del tratamiento por medio de unas fuentes radiactivas dentro del tumor o en sus proximidades.
Dicho esto, el experto ha recordado la necesidad de "desterrar" la imagen del pasado en la que los tratamientos radioterápicos tenían un alto índice de efectos secundarios, ya que, según ha asegurado, "la radioterapia ya no quema, gracias a que existen herramientas para dirigir la irradiación hacia zonas selectivas".
LOS ÚLTIMOS AVANCES EN ONCOLOGÍA RADIOTERÁPICA
En los últimos años, la oncología radioterápica ha experimentado numerosos cambios en varias áreas: radiobiológica, tecnológica y técnicas especiales. Según ha comentado el miembro del Grupo de Mama (GEORM) de la SEOR, Ángel Montero-Luis, el "mayor conocimiento" de la etiopatogenia y fisiología de los tumores ha permitido un "salto cualitativo notable" en la eficacia de la radioterapia.
Por una parte, ha explicado, el conocimiento de la radiopotenciación y radiosensibilización resultantes de la utilización conjunta de la radioterapia con distintos fármacos se ha traducido en que actualmente sea considerada la radioquimioterapia el tratamiento estándar de muchos tumores: cabeza y cuello, cérvix uterino, recto, vejiga, canal anal o esófago. Por otro lado, el estudio de la radiosensibilidad intrínseca de las células tumorales está permitiendo ajustar tanto la dosis total de irradiación como la dosis en cada fracción o la duración total del tratamiento a cada tipo de tumor.
Igualmente, el especialista ha señalado que las técnicas de diagnóstico y localización tumoral han sufrido un "enorme desarrollo" que permite "una exquisita definición del área tumoral a tratar, permitiendo definir con mucha mayor precisión la misma y contribuyendo notablemente a restringir la irradiación de los tejidos sanos circundantes".
Asimismo, el desarrollo tecnológico de los aceleradores para radioterapia ha permitido la generalización de técnicas de alta precisión como la radioterapia con modulación de la intensidad del haz, la radioterapia guiada por la imagen o la radioterapia esterotáxica extracraneal.
"Todo ello ha repercutido muy favorablemente en la calidad de vida de los pacientes, al disminuir la irradiación de áreas sanas sensibles y al disminuir el número de visitas al departamento de oncología radioterápica para recibir el tratamiento", ha concluido.