La protonterapia en cáncer de próstata salvaguarda las funcionalidad urinaria y sexual

Mauricio Cambeiro y Javier Aristu.
Mauricio Cambeiro y Javier Aristu. - CCUN
Publicado: lunes, 13 noviembre 2023 12:34

MADRID, 13 Nov. (EUROPA PRESS) -

El uso de la protonterapia en cáncer de próstata minimiza la radiación en recto y vejiga y, además, salvaguarda la funcionalidad urinaria y sexual, según la Clínica Universidad de Navarra; si bien es "un campo pionero que aún requiere desarrollo".

Así las cosas, desde este centro destacan que ya existen múltiples estudios prospectivos y retrospectivos que documentan la eficacia y la seguridad de la terapia de protones para pacientes con cáncer de próstata localizado y en pacientes que requieren radiación pélvica adyuvante o de rescate después de la cirugía.

La protonterapia es un tipo de radiación terapéutica que emplea partículas subatómicas cargadas con unas propiedades físicas especiales. Con respecto a la radioterapia estándar con fotones, esta opción reduce el exceso de radiación en los tejidos sanos y funcionales adyacentes a la próstata, como el recto, el intestino, la vejiga o las bandeletas neurovasculares, estructuras nerviosas que permiten la erección.

Según el especialista del Área de Cáncer de Próstata del Cancer Center Clínica Universidad de Navarra (CCUN), Mauricio Cambeiro, entre las ventajas de este tratamiento frente al cáncer de próstata destacan "el máximo control, el mínimo riesgo y la preservación de la funcionalidad".

Tanto las características de la protonterapia como las avanzadas prestaciones de los equipos actuales para su administración permiten plantear un tratamiento "muy ambicioso" en términos de curación, de reducción del riesgo de complicaciones y de aumento de las expectativas de preservación de funcionalidad, tanto eréctil como urinaria, de cada paciente, según el experto.

SESIONES AMBULATORIAS DE ENTRE 5 Y 20 DÍAS

El tratamiento de protonterapia exige un proceso complejo de planificación y de control de calidad, pero, "en términos prácticos para el paciente se exploran esquemas de tratamiento corto con una duración de entre 5 y 20 días, en sesiones diarias breves y ambulatorias de unos 10-20 minutos", destaca Cambeiro.

En casos de anatomía favorable, en pacientes con una próstata de tamaño normal, sin sintomatología urinaria asociada y con tumores de bajo riesgo, se puede aplicar en muy pocas fracciones de entre 5 y 8 sesiones en días consecutivos o alternos. En tumores con anatomía desfavorable y tumores de alto riesgo, lo habitual es dispensarlo en 20 sesiones.

Como destaca el doctor Javier Aristu, especialista del Área de Cáncer de Próstata del CCUN, "la protonterapia minimiza o elimina las dosis de irradiación que reciben, inevitablemente, las estructuras sanas intrapélvicas cuando los pacientes son tratados con radioterapia convencional". Esta ventaja frente al tratamiento con fotones permite incrementar la dosis total de radioterapia en las áreas de recurrencia, sin incrementar potencialmente la tasa de toxicidad.

A las ventajas de la protonterapia frente al cáncer de próstata, el doctor Aristu destaca también "la disminución significativa del riesgo de desarrollar segundos tumores radioinducidos a largo plazo, circunstancia que en estos pacientes con larga supervivencia puede ser relevante".