MADRID 4 Mar. (EDIZIONES) -
Con la llegada de la bajada de temperaturas y el aire frío la piel comienza a resecarse, en las manos, por ejemplo, debemos echarnos más crema de lo habitual porque si no se nos pueden hacer hasta heridas como consecuencia de los sabañones del frío. ¿Por qué pasa esto?
En una entrevista con Infosalus, Elia Roo, dermatóloga de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) explica que el frío del invierno genera una vasoconstricción para minimizar la pérdida de calor al exterior. "La circulación sanguínea en la piel se reduce y recibe menos oxígeno y menos alimentos. También se genera un deterioro de la capa hidrolipídica de la piel", matiza la especialista.
Así, enumera que las consecuencias para nuestra piel del frío pueden ser, entre otras, una sensación de tirantez, descamación, y picor fundamentalmente. "La piel se vuelve pálida, frágil y se agrieta. Si el daño es grave o persiste pueden también aparecer eczemas. En mujeres jóvenes, con poca grasa corporal, pueden aparecer sabañones que son lesiones de color violáceo que pueden darse en los dedos de las manos, pero también pueden aparecer en los pies, orejas y en la punta de la nariz", añade la experta.
A la hora de evitar estas tediosas consecuencias en nuestra piel, la doctora Roo también recuerda que la temperatura demasiado alta debido a la calefacción también contribuye a incrementar la sequedad ambiental y la de la piel. "Así que es mejor tenerlo en cuenta y evitar entornos con demasiada calefacción o poca humedad", precisa.
Según reconoce la dermatóloga, también puede ser útil hidratarnos más la piel, echarnos cremas más densas. "Hay zonas que, por ser más delicadas, como el contorno de los ojos, se deben proteger utilizando productos específicos para ellas. También en los labios hay que aplicar protectores labiales hidratantes", advierte.
Por supuesto, resalta también que las zonas más expuestas son las que necesitan un mayor cuidado, y al igual que hay que proteger la piel del rostro, las manos necesitan protección evitando el lavado excesivo con jabón, y utilizar con frecuencia cremas hidratantes.
"La limpieza debe ser suave y cuidadosa con productos que no agredan la función de barrera de nuestra piel, y al mismo tiempo aporten hidratación. Hay que evitar las duchas con agua demasiado caliente, y el uso de jabones fuertes que contribuyan a una mayor sequedad. Lo ideal es que la crema matutina contenga factor de protección o lo añadamos tras la crema", recomienda la miembro de la AEDV.
LOS CUIDADOS DE LA PIEL CON EL FRIO
Con todo ello, la experta enumera los que, a su juicio, representan los principales cuidados que podemos ofrecer a nuestra piel contra el frio y para combatir también esa sequedad típica que se genera en la piel en esta época. Así, se deberían tener presentes una serie de hábitos y rutinas para minimizar el impacto del frio, entre las que se encuentra las siguientes:
1.- Ducharse con agua templada.
2.- Utilizar en la higiene diaria los llamados jabones sin jabón o 'syndet' que no agreden la capa grasa superficial de la piel.
3.- Inmediatamente después del baño aplicar una crema emoliente muy nutritiva que hidrate la piel, ya que sobre la piel húmeda penetra mejor la crema.
4.- Hidratar los labios con vaselina o cacao.
5.- Protegerse del frío con ropa de abrigo y guantes.
6.- Si el ambiente de la habitación es demasiado seco, usar un humidificador.
7.- No poner la calefacción muy alta, la temperatura ideal debe rondar los 20-22 grados.
8.- Beber abundante agua y hacer una dieta rica en frutas y verduras.