MADRID 27 Mar. (EUROPA PRESS) -
No hay pruebas de que los productos con cannabidiol (CBD) reduzcan el dolor crónico, además pueden ser potencialmente perjudiciales para la salud, según una nueva investigación dirigida por la Universidad de Bath, en el Reino Unido.
El CBD es una de las muchas sustancias químicas que se encuentran de forma natural en la planta de cannabis. Es una medicina alternativa muy popular para tratar el dolor y se puede adquirir fácilmente en tiendas y por Internet en forma de aceites, tinturas, vaporizaciones, cremas tópicas, comestibles (como las gominolas) y refrescos.
Sin embargo, el nuevo estudio, publicado en 'The Journal of Pain' apunta que los consumidores "harían bien en mantenerse alejados" de estos productos. "El CBD plantea un gran problema a los consumidores. Se promociona como una cura para todos los dolores, pero hay una falta total de pruebas de calidad de que tenga algún efecto positivo", ha indicado el afirma el profesor Chris Eccleston, que dirigió la investigación desde el Centro de Investigación del Dolor de Bath.
"Es casi como si los pacientes con dolor crónico no importaran, y que nos alegramos de que la gente comercie con la esperanza y la desesperación", ha agregado.
Para su estudio, el equipo, que incluía investigadores de las universidades de Bath, Oxford y Alberta en Canadá, examinó la investigación relevante para el uso del CBD para tratar el dolor y publicada en revistas científicas hasta finales de 2023.
Los investigadores descubrieron que los productos de CBD vendidos directamente a los consumidores contienen cantidades variables de CBD, desde ninguna hasta mucho más de lo anunciado.
Asimismo, los productos de CBD vendidos directamente a los consumidores pueden contener sustancias químicas distintas del CBD, algunas de las cuales pueden ser nocivas y otras ilegales en algunas jurisdicciones. Estas sustancias químicas incluyen el THC (tetrahidrocannabinol), el principal componente psicoactivo de la planta de cannabis.
Los investigadores también descubrieron que, de los 16 ensayos controlados aleatorios que han explorado la relación entre el dolor y el CBD de grado farmacéutico, 15 no han mostrado resultados positivos, y el CBD no ha sido mejor que el placebo para aliviar el dolor.
Además, un metaanálisis (que combina datos de múltiples estudios y desempeña un papel fundamental en la atención sanitaria basada en pruebas) relaciona el CBD con mayores tasas de efectos adversos graves, incluida la toxicidad hepática.
CBD MEDICINAL FRENTE A CBD NO MEDICINAL
En el Reino Unido, el cannabis medicinal es el único producto de CBD sujeto a aprobación reglamentaria. Ocasionalmente, se receta a personas con formas graves de epilepsia, adultos con náuseas relacionadas con la quimioterapia y personas con esclerosis múltiple.
El CBD no medicinal se puede adquirir libremente en el Reino Unido (así como en EEUU y muchos países europeos, entre ellos, España) siempre que contenga cantidades insignificantes de THC o ninguna en absoluto. Sin embargo, los productos de CBD que se venden en el mercado minorista no están cubiertos por normas comerciales, lo que significa que no hay ningún requisito para que sean consistentes en contenido o calidad.
Se sabe que la mayoría de los productos de CBD comprados en 'on-line' -incluidos los populares aceites de CBD- contienen cantidades muy pequeñas de CBD. Además, la posesión o el suministro de cualquier producto puede ser ilegal, ya que es muy probable que contenga cantidades prohibidas de THC.
DOLOR CRÓNICO
Se calcula que el 20 por ciento de la población adulta padece dolor crónico y los que lo sufren a menudo buscan desesperadamente ayuda para aliviar sus síntomas. No es de extrañar, pues, que muchas personas recurran a los productos con CBD, a pesar de su elevado precio y de la falta de pruebas sobre su eficacia o seguridad.
El coautor del estudio y antiguo investigador principal sobre el dolor en la División Nuffield de Anestesiología de la Universidad de Oxford, Andrew Moore, ha afirmado que "para demasiadas personas con dolor crónico, no existe ningún medicamento que controle su dolor. El dolor crónico puede ser horrible, por lo que la gente está muy motivada para encontrar alivio por cualquier medio. Esto les hace vulnerables a las promesas descabelladas que se hacen sobre el CBD".
En este punto, ha añadido que los reguladores sanitarios parecen reacios a actuar contra las afirmaciones espurias hechas por algunos fabricantes de productos de CBD, posiblemente porque no quieren interferir en un mercado en auge (el mercado mundial de productos de CBD se estimó en 2,8 mil millones de euros y se prevé que alcance los 56 mil millones de euros), especialmente cuando el producto a la venta es ampliamente considerado como inofensivo.
"Lo que esto significa es que no hay protección para el consumidor. Y sin un organismo compensatorio que mantenga a raya a los vendedores de CBD, es poco probable que las falsas promesas que se están haciendo sobre los efectos analgésicos del CBD se frenen en los próximos años", ha afirmado Moore.
Por último, los autores del estudio piden que el dolor crónico se tome más en serio y que la protección del consumidor se convierta en una prioridad.