MADRID, 3 Nov. (EDIZIONES) -
La braquiterapia tiene su origen en la palabra Griega 'brachys' o 'cerca', y significa administrar radiación cerca o en contacto con el tumor. Fue la primera modalidad de tratamiento que se utilizó para tratar tumores, hace ya más de 100 años.
Consiste en la colocación de dispositivos con radioterapia de forma localizada, sobre o dentro del tumor. "En ella utilizamos diferentes aplicadores o vectores que se colocan atravesando el tumor o en contacto con el mismo", asegura en una entrevista con Infosalus asegura Patricia Diezhandino García, coordinadora del Grupo Español de Braquiterapia (GEB) de la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR).
Otro de sus beneficios, al ser un procedimiento localizado es que la actividad de los radioisótopos hace que la dosis que llega a los tejidos sanos o de alrededor del tumor sea mucho menor que con la radioterapia externa. "Otra ventaja es que algunos implantes de braquiterapia como en próstata se realizan en un día", añade la especialista.
Señala igualmente que existen diferentes aplicadores para cada localización tumoral, adecuados para poder llevar la fuente radiactiva hasta allí: "Cuando se administra el tratamiento la paciente está cómoda y en condiciones de protección radiológica".
¿CÓMO SUELE SER SU COLOCACIÓN?
En cuanto a los pasos a seguir en este procedimiento indica esta experta que todo depende de la localización tumoral. Dice que hay localizaciones, como los tumores endometriales intervenidos, en los que se aprovecha la cavidad natural (la vagina) para colocar un aplicador en el fondo de la misma, y ahí administrar la radioterapia. "Otras localizaciones, como los tumores de próstata, se hace con raquianestesia para colocar agujas o vectores en la misma a través del periné y no haya ningún tipo de dolor", apunta.
Así, el tipo de dispositivo a emplear depende básicamente, según prosigue la doctora Diezhandino, de la localización tumoral y del estadio de la enfermedad. Eso sí, remarca que no todos los tumores pueden tratarse con braquiterapia. "De entrada, el tumor tiene que estar en un estadio localizado. Aunque existe la posibilidad de braquiterapia paliativa en algunos casos como, por ejemplo, en tumores endobronquiales sangrantes o en recidivas en cúpulas vaginales", apunta la especialista.
Además, matiza que está indicada en casi todos los cánceres, si bien puntualiza que en los principales en los que suele emplearse son los tumores prostáticos, los ginecológicos como los tumores endometriales, los de cérvix, vagina, en los tumores de mama, en los endobronquiales, así como en los esofágicos, o en los intraoculares.
¿EL PACIENTE EMITE RADIACIÓN?
Con esta técnica el paciente no emite radiación, según aclara la oncóloga radioterápica. "La única localización que debe tener algún cuidado, y no siempre, es la braquiterapia de baja tasa en tumores prostáticos localizados de bajo riesgo, en los que insertamos semillas de I125 en la próstata. El I125 tiene una vida media de 59 días por lo que, y a pesar de tener muy poca actividad estas fuentes, a los pacientes les medimos antes de darles el alta y en la mayoría de los casos no existe irradiación más allá de su abdomen. El resto nada de nada", agrega.
Sobre sus efectos secundarios mantiene que todo depende de cada localización, y es frecuente que el órgano sano que esté en contacto con el tratamiento suele tener en los primeros días una inflamación aguda, pero que cede con el paso del tiempo. "Generalmente, son efectos agudos que no precisan tratamiento alguno", añade.
SOLO EN CENTROS ESPECIALIZADOS
Sin embargo, la coordinadora del Grupo Español de Braquiterapia (GEB) de la Sociedad Española de Oncología Radioterápica asegura que se trata de una técnica segura, y así lo avalan los resultados; si bien matiza que es cierto que es un procedimiento que no todos los centros lo tienen, ya que se depende de un gran equipo como pueden tener los quirófanos normales, "y eso le hace tener unas connotaciones y un grado de especialización muy importante".
"El hecho de que sean técnicas realizadas en un radioquirófano hace que muchos servicios de oncología radioterápica no lo tengan, ya sea por la falta de espacio, o que se necesita una buena formación en braquiterapia", subraya.
Por otro lado, indica que hay indicaciones como la braquiterapia en tumores de cérvix, donde hay que realizarla de forma obligatoria por los resultados en supervivencia que tiene, y no todos los servicios de oncología radioterápica lo hacen.
"Estos casos se deben enviar a centros de referencia para la realización de la misma. En líneas generales, el paciente debe conocer las posibilidades de tratamiento que tiene dependiendo de la localización tumoral, y eso hace que muchos de nuestros compañeros especialistas (urólogos, ginecólogos, entre otros especialistas) deban conocer estas posibilidades", resalta la doctora Patricia Diezhandino García.
TIPOS DE BRAQUITERAPIA
En última instancia, esta oncóloga radioterápica experta en braquiterapia sostiene que existen dos tipos de braquiterapia según el isótopo que se emplee:
Braquiterapia de Alta tasa de dosis (HDR): Se administra mucha dosis por hora (>12Gy/hora) y el equipo donde se aloja la fuente está en un radioquirófano o búnker con las mismas medidas de radioprotección que los búnkeres de radioterapia externa (aceleradores lineales).
Braquiterapia de Baja tasa de dosis: Son las semillas de I125 o el paladio 103; se administran <0,4Gy/hora y no hacen falta medidas de protección radiológica tan importantes como en la anterior; se usan en tumores prostáticos y en melanomas uveales.