SEVILLA 17 Sep. (EUROPA PRESS) -
El jefe del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla, Serafín Sánchez, ha advertido de que la principal prueba para diagnosticar la disfonía espasmódica, una enfermedad neurológica de las catalogadas raras que se caracteriza por los movimientos involuntarios de la musculatura laríngea que se producen durante la fonación, "sigue siendo que el paciente hable cantando".
Este experto, que ha avanzado que el próximo miércoles 19 se celebra en el Puerto de Santa María (Cádiz) los actos centrales del Día Nacional de la Disfonía Espasmódica, ha explicado a Europa Press que las personas que sufren este desorden de la voz "cuando hablan lo hacen con muchas interrupciones y frases entrecortadas", si bien el problema "desaparece" si hablan de forma cantada.
De hecho, ha subrayado en declaraciones a Europa Press que la prueba "más común" que los especialistas utilizan para diagnosticar esta enfermedad es decirle precisamente al paciente que tiene dificultad al hablar que lo haga cantando.
"Éste es un indicador que nos orienta mucho, ya que hay que tener en cuenta que el diagnostico de esta patología es prácticamente clínico, es decir, no hay aparatos ni pruebas que digan con seguridad si es una disfonía espasmódica, a diferencia de otras enfermedades que se pueden detectar con una simple analítica", ha aclarado al respecto.
En concreto, esta lesión provoca una contracción involuntaria del músculo de las cuerdas vocales que hace que se hable de forma entrecortada, como si a la persona que la padece le dieran golpes en la laringe mientras habla. Parece que incide un poco más en las mujeres a partir de los 45 a 50 años, si bien es una enfermedad que afecta también a jóvenes y hombres, y está relacionada con lo que conocemos como movimientos involuntarios.
Sánchez ha justificado, además, que la celebración de actos como el del Día Nacional de la Disfonía Espasmódica tienen como finalidad precisamente el de difundir la enfermedad "no solo entre la población en general, sino entre los propios médicos, porque como el diagnóstico es 'de oídas', muchos pacientes que tienen este problema son etiquetados erróneamente con otro tipo de disfonías más habituales, como pueden ser nódulos o pólipos".
"Lo que ocurre a continuación es que se les somete a otro tipo de tratamientos de logopedia o de rehabilitación foniátrica que no les funciona, ya que lo que precisan es de tratamiento con botox", ha destacado.
TRATAMIENTO CON BOTOX Y CENSO DE AFECTADOS
Sobre este respecto, ha reconocido que el empleo de la toxina botulínica sigue siendo el tratamiento más novedoso, aunque "no es definitivo" porque la enfermedad es persistente. "Lo que hacemos es que cada seis o nueve meses volvemos a inyectar directamente en las cuerdas vocales del paciente botox --mediante cirugía menor ambulatoria-- para que pueda mejorar su voz", ha detallado este especialista.
Aunque hay unas 3.500 personas censadas con este problema, Serafín Sánchez ha subrayado a Europa Press que otro de los problemas de la enfermedad es que está "poco diagnosticada" y que "muchos médicos tampoco la conocen", por lo que quizás "haya más pacientes de los que están contabilizados".
En cuanto a los dispositivos asistenciales, este experto ha destacado la existencia en Andalucía Occidental de equipos multidisciplinares integrados que cuentan con un laboratorio de voz y en el que están integrados otorrinos, foniatras y logopedas para un tratamiento mas especializado, como en los hospitales Virgen Macarena de Sevilla y Puerta del Mar de Cádiz.