MADRID, 17 Mar. (EUROPA PRESS) -
El porcentaje de población no invitada a participar en los cribados de cáncer colorrectal en 2020 osciló entre las comunidades autónomas entre el 30 por ciento y el 90 por ciento por la pandemia del coronavirus, según se ha puesto de manifiesto durante el encuentro 'COVID19 y los programas poblacionales de cribado de cáncer: efecto de la suspensión temporal, recuperación del retraso y de la actividad habitual', organizado por el Grupo de Trabajo de Cribados poblacionales de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE).
Además, en el caso del cáncer de mama, esta cifra fue de entre el 18 por ciento y el 60 por ciento, según los datos preliminares extraídos del primer borrador del informe del Ministerio de Sanidad sobre la situación de los programas de cribado durante la pandemia, y que ha sido adelantado por la responsable del Área de Investigación en Cáncer y Salud Pública de la Fundación FISABIO de la Comunidad Valenciana, Ana Molina.
Por ello, durante el encuentro los expertos han alertado sobre los problemas que ha generado la interrupción de los cribados del cáncer por la pandemia del coronavirus. "La crisis del Covid-19 ha generado un retraso en el diagnóstico de muchas enfermedades, incluidas aquellas contempladas en los programas de cribado poblacional del cáncer", ha detallado la directora del Centro Nacional de Epidemiología, Marina Pollán.
En este sentido, el coordinador de la Oficina de Cribado Cáncer de Cataluña, Josep Alfons Espins, ha aludido a dos estudios realizados en Canadá, cuyos resultados podrían ser extrapolables a España, en los que se señala que interrumpir los programas de cribado de cáncer de mama durante tres meses puede generar, de cara al año 2029, 310 casos adicionales de tumores en estadíos avanzados.
Además, prosigue, si se suspendieran durante seis meses se podrían observar unas 250 muertes más por esta causa. Algo similar ocurriría con el cáncer colorrectal, en el que se estima que si el cribado se interrumpe durante más de medio años habría, de cara al año 2029, unas 450 muertes adicionales.
En el encuentro se han analizado también las estrategias a seguir para la reanudación de los cribados, la recomendación de participar cuando se reciba la invitación, las desigualdades en el acceso a estas pruebas, o el papel del Cancer Global Modelling Consortium, un grupo de expertos que, según ha explicado la coordinadora del Grupo de Trabajo de Cribado de la Sociedad Española de Epidemiología, Isabel Portillo, está desarrollando modelos matemáticos de simulación con el objetivo de valorar el impacto de la pandemia a corto, medio y largo plazo.
En concreto, el consorcio estudia aspectos como la mortalidad, la incidencia y la supervivencia al cáncer en distintos escenarios de recuperación de los cribados y rapidez en el diagnóstico. Su objetivo es asesorar en la toma de decisiones para el control del cáncer, tanto durante, como después de la crisis sanitaria.
Al respecto, los expertos han insistido en que la pandemia tendrá
efectos negativos sobre los beneficios de los cribados, moderados si la disrupción de los programas es moderada, aunque han asegurado que pueden mitigarse sentando una base sólida sobre la que articular la reanudación
y seguimiento de los programas de cribado.
Con todo, la interrupción de estas pruebas supondrá un impacto en cuanto se detectarán cánceres en estadios avanzados y, por tanto, se prevé un aumento de la mortalidad, que se va incrementando cuanto más dura la interrupción y cuanto más disminuye la participación de la población en los cribados.
Asimismo, la epidemióloga y presidenta del Grupo Colaborativo Multidisciplinar para el Seguimiento Científico de la COVID-19 (GCMSC), Silvia de Sanjosé, ha informado de que los diagnósticos del cáncer de cérvix también se han visto afectados por la paralización de los cribados durante los meses más crudos de la pandemia, dado que se han realizado menos detecciones precoces y por tanto se espera un aumento significativo de cánceres avanzados.
Por todo ello, los expertos han pedido asegurar la equidad en el cribado del cáncer mediante diseños poblacionales que den acceso a toda la población diana, así como evaluar el impacto de las estrategias de adaptación a la pandemia y profundizar en las barreras a la participación, especialmente de los colectivos socialmente más vulnerables.
Finalmente, han apelado a la responsabilidad individual de los ciudadanos ante la pandemia, avisando de que pese a que la incidencia acumulada del coronavirus ha descendido y las restricciones han comenzado a relajarse, "no hay que bajar la guardia" porque una nueva ola de contagios "volvería a poner en jaque al sistema sanitario", lo que podría generar un retroceso en la recuperación de los programas de cribado y la desatención de otras patologías crónicas.