MADRID, 6 May. (EUROPA PRESS) -
Personalizar los tratamientos de los pacientes neurocríticos, cada vez más presentes en las Unidades de Cuidados Intensivos, es clave para prevenir nuevas lesiones cerebrales, según se ha puesto de manifiesto en la I Jornada Virtual sobre Aspectos Clínicos de Pacientes Neurocríticos organizada por la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC).
Concretamente, se ha observado un aumento de los ingresos referentes al traumatismo craneoencefálico, la hemorragia subaracnoidea y el ictus hemorrágico; patologías en las que la medicina actual cuenta con avances en métodos diagnósticos, tratamientos y monitorización, pero en donde aún hay mucho por mejorar, según se ha expuesto en las diferentes mesas redondas.
Tal y como han señalado los expertos, el objetivo de un intensivista que atiende a pacientes neurocríticos es prevenir que aparezcan nuevas lesiones cerebrales que empeoren el resultado final. "Para ello, es fundamental que optimicemos el aporte de oxígeno al cerebro y realicemos un buen manejo global del paciente, lo que incluye una correcta tensión arterial, que el paciente esté bien oxigenado, que esté bien nutrido y que tratemos correctamente todas las complicaciones sistémicas que presente. Es decir, individualizar todo lo posible los tratamientos", detalla el intensivista del Hospital Universitario Son Espases (Palma) y co-director de la Jornada, el doctor Jon Pérez Bárcena.
"Los pacientes con traumatismo craneal precisan una monitorización específica que incluye el medir la presión intracraneal y la presión tisular de oxígeno. Sin embargo, el tratamiento no ha experimentado grandes cambios, a pesar de los numerosos ensayos clínicos que se han llevado a cabo en los últimos años", prosigue. "Por otro lado, las técnicas de embolización y la cirugía para cerrar el aneurisma y evitar el resangrado sí que han mejorado significativamente en la última década, pero son tratamientos que no están disponibles en todos los hospitales 365 días al año y que consideramos una de las áreas a mejorar", añade
Durante la jornada, los intensivistas y neurocirujanos han expuesto cómo la evidencia disponible no siempre es "tan robusta" como para no permitir el debate. Se ha podido comprobar, por ejemplo, con el uso del ácido tranexámico y del nimodipino en estos pacientes. Según han indicado los expertos, los ensayos clínicos permiten interpretaciones no solo desde el punto de vista estadístico, sino también clínico. Coinciden al afirmar que, si el beneficio de un tratamiento no es clínicamente relevante, no hay motivo para pautarlo, aunque su efecto sea "estadísticamente significativo".
Así, el evento ha servido para plantear la puesta en marcha de proyectos coordinados entre Medicina Intensiva y Neurocirugía, así como seguir avanzando en los que ya están en marcha, como el ensayo clínico DEX-CON, financiado parcialmente por la Fundación Española del Enfermo Crítico y que analiza la eficacia de la dexametasona en pacientes con traumatismo craneal, contusiones cerebrales y edema pericontusional. Asimismo, realizar un registro coordinado, así como editar una guía de práctica clínica entre la SEMICYUC y la Sociedad Española de Neurocirugía (SENEC) han sido algunas de las ideas planteadas.