MADRID 16 Abr. (EUROPA PRESS) -
La pediatra de Atención Primaria y secretaria de la a Asociación Española de Pediatría (AEP), la doctora María García-Onieva, ha puesto de manifiesto la importancia de "prestar una mayor atención a los niños y observar aquellos indicios o síntomas que pueden alertarnos de que algo no va bien, porque además de la Covid-19 hay otras enfermedades".
Ya que, aunque toda la atención sanitaria en estos días se este llevando el Covid-19, existen otras patologías que requieren asistencia pediátrica de urgencia e intervenciones sanitarias que no deben retrasarse, como las revisiones del recién nacido y a los 2 y 4 meses así como las vacunaciones hasta los 15 meses de vida.
Así, ha subrayado la importancia de "consultar telefónicamente con el pediatra de Atención Primaria cualquier síntoma que, como padres, nos tiene intranquilos y, muy importante, acudir telefónicamente al especialista o, llegado el caso, al centro de salud o a las urgencias pediátricas hospitalarias si el niño tiene una patología de base (diabetes, asma, cardiopatía congénita, etcétera) y muestra síntomas fuera de lo normal".
"Es de suma importancia que estos diagnósticos no se demoren y que los padres no duden en llamar si creen que algo no va bien, y no me refiero solo a síntomas del coronavirus - fiebre alta, tos seca, insuficiencia respiratoria o decaimiento excesivo- que también son síntomas de alarma, sino a manifestaciones clínicas que pueden alertarnos del debut de otras patologías como, por ejemplo, una apendicitis", asegura.
Este ha sido uno de los temas tratados por los pediatras dentro del encuentro digital con varios expertos de la AEP, en el que cerca de 5.000 familias se han conectado para poder resolver sus dudas.
Por otra parte, el doctor Julio Álvarez Pitti, miembro del Comité de Promoción de la Salud y experto en actividad física en la edad pediátrica, ha puesto de manifiesto la necesidad de que niños y adolescentes realicen diariamente ejercicio moderado que les permita mantenerse activos físicamente. En este sentido, el doctor destaca que "la actividad física estimula el sistema inmunológico, promueve la salud y reduce el estrés. Estar activo puede disminuir los problemas de comportamiento y ayudarlos a concentrarse mejor en su trabajo escolar".
El experto recomienda tres horas de actividad en diferentes intensidades (ligera, moderada y vigorosa) para los niños de entre 1 y 5 años; mientras que los niños de entre 6 y 18 años necesitan al menos una hora de actividad física todos los días, que ha de ser de intensidad vigorosa 3 veces a la semana.
HIGIENE DEL SUEÑO
El doctor Gonzalo Pin Arboledas, coordinador del Grupo de Sueño y Cronobiología de la AEP, ha destacado ha hablado de los beneficios del sueño en los niños. "Para obtener una correcta higiene del sueño, lo correcto no es pensar solo en la noche, sino inducirlo a lo largo de todo el día", ha explicado.
Es decir, ha añadido, "sin necesidad de ser excesivamente estrictos, es necesario mantener una serie de rutinas y de hábitos que predispongan a los niños y adolescentes a anticipar qué es lo que va a pasar, ahora es hora de esto, ahora de lo otro, y ahora es hora de dormir".
A su juicio, el confinamiento ha "destruido" todos estos estímulos, "los niños no van al colegio, no van al parque, no hacen los deberes al volver a casa, hemos interrumpido bruscamente los estímulos naturales de luz y los hitos sociales que les marcaban su ritmo biológico. Debemos reconstruirlos desde la certeza, la confianza y la seguridad. Estos son los tres elementos que necesita un niño para sentirse bien y, por tanto, dormir bien.
Por otro lado, es conveniente "ralentizar la actividad de los niños, que ellos manejen sus propios tiempos, siempre dentro de unos límites, y darles herramientas para ello. El secreto es cómo manejamos nosotros esta situación con los niños y cómo dejamos que ellos gestionen sus emociones", matiza.
Y por último, asegura este experto, "cabe destacar que determinadas acciones, como la luz intensa a última hora de la noche, hacen que se detenga la secreción de la hormona que ayuda a dormir y que tarda 50 minutos en recuperarse. La mejor manera de que un niño duerma bien es un día basado en rutinas, sentirse seguro y que tenga confianza en que la respuesta de su ambiente cercano va a ser siempre positiva", según el doctor Pin.