MÁLAGA 17 Nov. (EUROPA PRESS) -
Los pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) tienen en estos tiempos de pandemia por COVID-19 una preocupación extra ante la duda de si su condición puede aumentar las posibilidades de contraer la infección.
José Daniel Alcázar, jefe del Servicio de Neumología del Hospital Quirónsalud Málaga, ha advertido de que "ya hay estudios publicados al respecto que no han demostrado que la EPOC suponga un factor de riesgo para padecer el virus, pero sí muestran que, en caso de tener EPOC, el COVID-19 puede tener una evolución más grave en estos pacientes, con mayor incidencia de ingresos en la Unidad de Cuidados Intensivos y en el uso de ventilación no invasiva".
El Hospital Quirónsalud Málaga y su equipo de Neumología, conscientes de la preocupación que el COVID-19 genera en la población y de la importancia del diagnóstico precoz y el correcto tratamiento de la EPOC, más aún en este contexto; conmemora el Día Mundial de la EPOC, que se celebra el tercer miércoles de noviembre, con el objetivo de informar y concienciar sobre los riesgos de esta enfermedad, así como la necesidad de su control y seguimiento.
Según la OMS, la EPOC "no es una enfermedad, sino un conjunto de enfermedades pulmonares crónicas que reducen el flujo de aire". Asimismo, apuntilla el doctor Alcázar que "no es una simple tos del fumador, sino una enfermedad pulmonar potencialmente mortal que, en muchos casos, queda sin diagnosticar".
Los síntomas más frecuentes son: falta de aire, expectoración excesiva y tos crónica. Al respecto, el doctor ha advertido de que "a medida que la enfermedad empeora, las actividades cotidianas, como subir unos cuantos escalones, pueden verse muy dificultadas". Es una enfermedad que afecta principalmente a los pulmones y las vías respiratorias, igual que el virus del SARS-CoV-2, por lo que esta infección podría dificultar aún más una correcta respiración.
La medicación inhaladora habitual de estos pacientes incluye fundamentalmente broncodilatadores y, en caso de pacientes muy exacerbados o con rasgos propios del asma, esteroides.
"Estos últimos fármacos han estado en el punto de mira durante esta pandemia por considerarse inicialmente que podían retrasar la curación de la COVID-19, hasta que se ha demostrado que, muy al contrario, pueden tener un efecto protector contra una peor evolución de la enfermedad", ha señalado el neumólogo.
Por todo ello, ha añadido, "la principal recomendación que se le puede hacer a los pacientes con EPOC es que dejen de fumar y que no suspendan su medicación bajo ningún concepto, salvo por indicación médica".
DIAGNÓSTICO DE LA EPOC
Para confirmar el diagnóstico de EPOC es necesario realizar una espirometría tras la administración de un broncodilatador, donde se evidencia una limitación al flujo aéreo.
La EPOC es un proceso respiratorio presente en individuos con síntomas como disnea, tos, expectoración crónica y sibilancias que han estado expuestos a factores de riesgo inhalados, principalmente tabaco. De hecho, "el 90 por ciento de las personas con EPOC han sido fumadoras; consumidoras de un hábito nocivo evitable", ha destacado Alcázar.
Clásicamente, se han considerado la bronquitis crónica y el enfisema pulmonar como las dos caras clínicas de la EPOC. La primera se diagnostica por la presencia de síntomas característicos de tos y expectoración crónicos y la segunda, mediante pruebas radiológicas. Hoy en día, "sabemos que esta enfermedad es mucho más compleja, con la presencia de cuadros mixtos en los que además pueden aparecer rasgos típicos de su hermana: el asma bronquial".
PREVALENCIA E INFRADIAGNÓSTICO
Por otro lado, han señalado a través de un comunicado que como lo demuestra el último estudio epidemiológico poblacional realizado en España, llamado EPI-SCAN (EPIdemiologic Study of COPD in SpAiN), la prevalencia de EPOC en adultos de entre 40 y 80 años es de un diez por ciento, cifra que aumenta con la edad, el consumo de tabaco y con un menor nivel de educación.
Entre un 20 por ciento y un 30 por ciento de los casos de EPOC se presentan en no fumadores. La exposición a la polución ambiental, a agentes inhalados ocupacionales, el tabaquismo pasivo o la exposición a productos de la combustión de la biomasa son algunos factores que estarían asociados al desarrollo de EPOC en no fumadores.
Diversos estudios han demostrado las altas tasas de infradiagnóstico de la EPOC, independientemente de su prevalencia, con valores que oscilan entre un 72 por ciento en Madrid hasta un 93 por ciento en Montevideo, Uruguay.
Estudios epidemiológicos poblacionales, como el Iberpoc (Estudio Epidemiológico de la EPOC en España) y el EPI-SCAN, han demostrado que un 78 por ciento y 73 por ciento de los participantes que cumplían criterios espirométricos de EPOC, respectivamente, no habían sido diagnosticados previamente, poniendo en evidencia las altas tasas de infradiagnóstico. Afortunadamente, la tendencia de este fenómeno va en descenso. Se estima aproximadamente un millón y medio de personas en España tiene EPOC, pero aún no lo saben.
EPOC COMO FACTOR DE RIESGO EN OTRAS PATOLOGÍAS
Por otro lado, como avanzaba el jefe de Neumología de Quirónsalud Málaga, la EPOC no es un factor de riesgo para sufrir COVID-19 aunque sí sobre varios procesos de salud.
En concreto, cáncer de pulmón. Ante esta interacción, la detección precoz del cáncer es de vital importancia. El cribado de cáncer de pulmón con tomografía de tórax de baja dosis de radiación (TBDR) ha demostrado sus beneficios, al permitir identificar casos de cáncer en estadio precoz y conseguir reducir la mortalidad por esta enfermedad.
También eventos cardiovasculares. Los pacientes con EPOC tienen un mayor volumen de grasa epicárdica, que a su vez se asocia a mayores niveles de calcio coronario, lo cual se vincula a mayor incidencia de patología cardiovascular.
Osteoporosis, ya que los pacientes con mayor grado de enfisema y afectación de pequeña vía aérea tienen una menor densidad ósea a nivel de la primera vértebra lumbar con el consiguiente riesgo de fractura