MADRID 14 Jul. (EUROPA PRESS) -
Una nueva investigación sobre una cohorte nacional de más de 3.000 pacientes de Estados Unidos ha revelado que aproximadamente uno de cada tres pacientes frágiles de edad avanzada sobrevive a una RCP tras una parada cardiaca durante una cirugía, según publican sus autores en la revista 'JAMA Network Open'.
Se calcula que alrededor del 25% de los pacientes que sufren una parada cardiaca y reciben reanimación cardiopulmonar (RCP) en un entorno hospitalario normal sobreviven. Esas probabilidades se disparan hasta el 50% en el caso de los pacientes que reciben RCP durante o en el periodo inmediatamente posterior a una intervención quirúrgica, donde son vigilados de cerca por especialistas que conocen su historial médico y pueden intervenir sin demora.
Sin embargo, no estaba claro si esta tendencia se aplica a los pacientes frágiles, que suelen ser mayores y corren más riesgo de sufrir traumatismos y complicaciones relacionados con la RCP.
Un equipo del Brigham and Women's Hospital, miembro fundador del sistema sanitario Mass General Brigham, analizó a más de 3.000 pacientes y también descubrió que los pacientes frágiles tenían más probabilidades de morir por paradas cardiacas ocurridas durante procedimientos no urgentes que las personas no frágiles, lo que podría traducirse en mayores riesgos quirúrgicos generales para los pacientes frágiles.
Los autores afirman que sus hallazgos pueden ayudar a los médicos a tener en cuenta los riesgos de practicar la RCP quirúrgica en pacientes frágiles.
"La reanimación cardiopulmonar no debería considerarse inútil en pacientes frágiles en el contexto de una intervención quirúrgica -- afirma el autor principal, el doctor Matt Allen, médico adjunto del Departamento de Anestesiología del Brigham--, pero no se da el caso de que a estos pacientes les vaya tan bien como a los demás. De hecho, observamos una asociación significativa entre fragilidad y mortalidad".
La parada cardiaca durante una intervención quirúrgica puede desencadenarse por diversos factores, como reacciones adversas a la anestesia, problemas quirúrgicos y afecciones médicas subyacentes. Los médicos tienen la tarea de explicar estos riesgos a sus pacientes antes de la intervención, una conversación que a menudo incluye acordar una línea de actuación si se produce una parada cardiaca.
Algunos pacientes de edad avanzada acuden a estas conversaciones con órdenes de "no reanimar", pero como las probabilidades de sobrevivir a la reanimación cardiopulmonar son notablemente mayores en el quirófano, pueden optar por anular temporalmente estas directivas.
Como se sabe tan poco sobre los resultados de supervivencia de los pacientes frágiles que reciben RCP, los médicos se han esforzado por informar plenamente a los pacientes sobre sus riesgos durante la intervención quirúrgica.
Los pacientes frágiles pueden ser especialmente vulnerables a las compresiones torácicas de la reanimación cardiopulmonar, que pueden causar fracturas de costillas y esternón que pueden dar lugar a más complicaciones y a una lenta recuperación de los supervivientes. Estos sombríos resultados sólo se aplican si el paciente sobrevive a la RCP: estudios recientes han calculado una tasa de mortalidad superior al 95% para los pacientes frágiles que reciben RCP en un entorno no quirúrgico.
Para calcular las probabilidades de supervivencia de los pacientes frágiles que reciben reanimación cardiopulmonar durante una intervención quirúrgica, el equipo del Brigham diseñó un estudio longitudinal de cohortes que extrajo datos del Programa Nacional de Mejora de la Calidad Quirúrgica del Colegio Americano de Cirujanos, una base de datos que realiza un seguimiento de casos de más de 700 hospitales estadounidenses.
El registro incluyó 3.149 casos de pacientes mayores de 50 años que recibieron RCP el día de su cirugía entre 2015 y 2020. Utilizaron una métrica llamada Índice de Análisis de Riesgo (RAI) para medir la fragilidad, que detecta el deterioro de las funciones corporales de un paciente.
De los 792 pacientes considerados frágiles, 534, es decir, el 67%, murieron en los 30 días siguientes a recibir reanimación cardiopulmonar durante la intervención. De los 214 pacientes considerados frágiles que sobrevivieron y vivían de forma independiente antes de la intervención, el 59% (127) fueron dados de alta a otros lugares distintos de su domicilio, como centros de enfermería y rehabilitación.
El equipo también observó que los pacientes frágiles tenían más probabilidades de morir durante paradas cardiacas ocurridas en el contexto de intervenciones quirúrgicas no urgentes que las personas no frágiles. Citaron este hallazgo como un recordatorio a los médicos sobre la comunicación de los riesgos quirúrgicos a los pacientes frágiles, independientemente de lo seguro que pueda parecer un procedimiento.
"Se está produciendo un cambio de paradigma, que ya no se centra en los procedimientos de alto o bajo riesgo, sino en los pacientes de alto o bajo riesgo --destaca Allen--. Este es otro ejemplo de que en los pacientes frágiles no existen los procedimientos de bajo riesgo".