MADRID 22 Jul. (EUROPA PRESS) -
Daniel Drucker del Instituto de Investigación Lunenfeld-Tanenbaum de la Universidad de Toronto (Canadá) destaca en un artículo de 'Science' el creciente conjunto de evidencias que apuntan al potencial de los medicamentos basados en el péptido similar al glucagón-1 (GLP-1) para tratar afecciones distintas de la diabetes y la obesidad, incluidas las enfermedades cardiovasculares y los trastornos neurodegenerativos.
El GLP-1 es una hormona liberada por el intestino después de comer que mejora la secreción de insulina dependiente de la glucosa. La activación farmacológica del receptor GLP-1 (GLP-1R) reduce la secreción de glucagón y ralentiza el vaciado gástrico, lo que lo convierte en un tratamiento eficaz para la diabetes tipo 2.
Estudios posteriores descubrieron que la administración de GLP-1 también inhibía la ingesta de alimentos a través de la activación de GLP-1R en el cerebro, lo que llevó a su uso en el tratamiento de la obesidad. Recientemente, la investigación ha demostrado que los medicamentos GLP-1 producen beneficios adicionales para la salud más allá del control de la glucosa y el peso, incluida la reducción de enfermedades cardíacas y renales.
En esta ocasión, Drucker analiza los posibles mecanismos subyacentes a estos beneficios, como la reducción de la inflamación sistémica, y sus implicaciones para futuras aplicaciones clínicas y desarrollo de medicamentos. Según Drucker los fármacos GLP-1 han demostrado ser prometedores en el tratamiento de la enfermedad hepática metabólica, y actualmente se están realizando ensayos clínicos.
Aunque se ha descubierto que reducen la inflamación viva y las complicaciones de la enfermedad renal, los mecanismos exactos siguen sin estar claros. Los agonistas de GLP-1R también reducen la inflamación sistémica, y sus efectos son mediados por varias vías celulares y receptores, incluidos los del cerebro. Además, se están explorando medicamentos GLP-1 para trastornos neurológicos y psiquiátricos como la enfermedad de Parkinson, la disfunción cognitiva, la depresión y los trastornos por consumo de sustancias.
Los hallazgos iniciales sugieren posibles beneficios, pero Drucker señala que se necesita más investigación para confirmar su eficacia en estas áreas. "El capítulo inicial de la innovación GLP-1 se centró en el control de la glucosa y, más tarde, en la pérdida de peso. Es probable que las olas posteriores mejoren los resultados de salud en personas con una variedad de trastornos crónicos", escribe Drucker. "Se está realizando una amplia gama de ensayos clínicos, y es probable que los resultados respalden la expansión de la gama de indicaciones clínicas que se benefician de las terapias GLP-1".