Una nueva técnica contra la enfermedad coronaria avanzada puede mejorar los resultados

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Archivo - Corazón, órgano - PAUL CAMPBELL/ ISTOCK - Archivo
Publicado: viernes, 5 noviembre 2021 17:01

MADRID, 5 Nov. (EUROPA PRESS) -

El uso de una novedosa técnica denominada ratio de flujo cuantitativo (QFR) para identificar y medir con precisión la gravedad de las obstrucciones arteriales puede dar lugar a una mejora significativa de los resultados tras una intervención coronaria percutánea (ICP), según un nuevo estudio realizado por el Mount Sinai Healty System (Estados Unidos) y publicado en la revista 'The Lancet'.

Esta investigación, que es la primera que analiza la QFR y sus resultados clínicos asociados, puede conducir a la adopción generalizada de la QFR como alternativa a la angiografía o a los cables de presión para medir la gravedad de las obstrucciones, o lesiones, en pacientes con enfermedad arterial coronaria.

"Por primera vez tenemos la validación clínica de que la selección de la lesión con este método mejora los resultados de los pacientes con enfermedad arterial coronaria sometidos a tratamiento con stents. Al evitar el tiempo, las complicaciones y los recursos adicionales necesarios para medir la gravedad de la lesión mediante un cable de presión, esta técnica más sencilla debería servir para ampliar en gran medida el uso de la fisiología en pacientes sometidos a procedimientos de cateterismo cardíaco", afirma el autor principal del trabajo, el doctor Gregg W. Stone.

Los pacientes con enfermedad arterial coronaria (acumulación de placas en el interior de las arterias que provoca dolor en el pecho, dificultad para respirar e infarto) suelen someterse a una ICP, un procedimiento no quirúrgico en el que los cardiólogos intervencionistas utilizan un catéter para colocar stents en las arterias coronarias obstruidas y restablecer el flujo sanguíneo.

La mayoría de los médicos se basan en la angiografía (radiografías de las arterias coronarias) para determinar qué arterias presentan las obstrucciones más graves, y utilizan esa evaluación visual para decidir qué arterias tratar.

Este método no es perfecto: algunas obstrucciones pueden parecer más o menos graves de lo que son en realidad y los médicos no pueden determinar con precisión, sólo a partir de la angiografía, qué obstrucciones afectan más gravemente al flujo sanguíneo.

Los resultados pueden mejorar si se seleccionan las lesiones que se van a implantar con un cable de presión para identificar las que obstruyen el flujo sanguíneo. Pero este procedimiento de medición lleva tiempo, puede causar complicaciones y conlleva costes adicionales.

La tecnología QFR utiliza la reconstrucción de la arteria en 3D y la medición de la velocidad del flujo sanguíneo, lo que proporciona mediciones precisas de la caída de presión a través de una obstrucción, lo que permite a los médicos tomar mejores decisiones sobre qué arterias implantar durante la ICP.

Para estudiar cómo la QFR influye en los resultados de los pacientes, los investigadores llevaron a cabo un ensayo multicéntrico, aleatorizado y ciego de 3.825 participantes en China sometidos a ICP entre el 25 de diciembre de 2018 y el 19 de enero de 2020.

Los pacientes habían sufrido un infarto 72 horas antes, o tenían al menos una arteria coronaria con una o más obstrucciones que el angiograma midió como entre el 50 y el 90 por ciento de estrechamiento. La mitad de los pacientes se sometió al procedimiento estándar guiado por angiografía basado en la evaluación visual, mientras que la otra mitad se sometió a la estrategia guiada por QFR.

En el grupo guiado por QFR, los médicos optaron por no tratar 375 vasos que en un principio se iban a someter a una ICP, frente a los 100 del grupo guiado por angiografía. Por tanto, la tecnología ayudó a eliminar un mayor número de stents innecesarios.

En el grupo de QFR, los médicos también trataron 85 vasos que no estaban destinados originalmente a la ICP, en comparación con 28 en el grupo guiado por angiografía. Así, la tecnología identificó más lesiones obstructivas que no se habrían tratado de otro modo.

Como resultado, los pacientes del grupo de QFR presentaron una tasa de infarto de miocardio a un año inferior a la del grupo de sólo angiografía (65 pacientes frente a 109) y una menor probabilidad de necesitar una ICP adicional (38 pacientes frente a 59) con una supervivencia similar.

Al cabo de un año, el 5,8 por ciento de los pacientes tratados con el procedimiento de ICP guiado por QFR habían muerto, sufrido un infarto o necesitado una nueva revascularización (colocación de un stent), en comparación con el 8,8 por ciento de los pacientes sometidos al procedimiento de ICP estándar guiado por angiografía, lo que supone una reducción del 35 por ciento. Los investigadores atribuyeron estas mejoras significativas en los resultados a que la QFR permitió a los médicos elegir los vasos correctos para la ICP y también evitar procedimientos innecesarios.

"Los resultados de este ensayo aleatorio y ciego a gran escala son clínicamente significativos y similares a los que cabría esperar con la guía de ICP basada en cables de presión. Basándonos en estos resultados, tras la aprobación reglamentaria preveo que la QFR será ampliamente adoptada por los cardiólogos intervencionistas para mejorar los resultados de sus pacientes", concluye el doctor Stone.