MADRID 4 Feb. (EUROPA PRESS) -
Científicos del Hospital Universitario de Oslo (Noruega) han probado con éxito una nueva técnica que permite detectar el cáncer midiendo la elasticidad de los tumores que en los próximos años pueden convertirse en un método de diagnóstico tan determinante como ya lo son las mamografías o la resonancias magnéticas.
Según ha explicado uno de los autores de este trabajo, el radiólogo Per Kristian Hol, esta técnica llamada 'elastografía' puede ser "especialmente adecuada" para determinar la gravedad de la enfermedad.
Para detectar el cáncer y determinar la forma en que se desarrolla y lo peligroso que es, los hospitales suelen utilizar métodos que en ocasiones son muy costosos, como los rayos X, las resonancias magnéticas o los PET y TAC.
De hecho, fue el alto precio de estas pruebas, junto con el alto grado de radiación que presenta, lo que llevó a Hol y su equipo a buscar técnicas de diagnóstico que permitieran ofrecer una buena eficacia "con una mayor seguridad".
En su estudio, comprobaron que los tumores no tienen la misma elasticidad que el tejido sano y que esta está relacionada con la densidad de los vasos sanguíneos, ya que los tumores tienen más vasos sanguíneos que el tejido sano y, de hecho, hay tumores malignos que suelen tener incluso más vasos sanguíneos y un mayor flujo de sangre que los tumores benignos.
"Los tumores tienen una elasticidad diferente, y hay tumores que pueden ser más o menos elásticos que el tejido sano. Además, hay algunos tumores que pueden diseminarse, mientras que otros no lo hacen. En otras palabras, se puede obtener un mapa completamente nuevo de órganos y tumores mediante la medición de elasticidad", ha defendido Sverre Holm, informático que ha colaborado en su desarrollo.
Para medir esta variable, la prueba es muy simple, ya que el médico coloca en el lugar que se va a examinar un vibrador que tiene un pulso de hasta 200 oscilaciones por segundo.
La onda de presión pasa al órgano a través del vibrador, lo que permite a los médicos estudiar la elasticidad de las partes sanas y enfermas.
El dispositivo emite un ultrasonido tradicional que envía una señal que regresa como un eco. El problema es que "es imposible distinguir entre tumores malignos y benignos con ecografía normal", dice Holm a la revista 'Apollon'.
DOS TIPOS DE ONDAS
No obstante, durante el desarrollo de la técnica se ha observado que el ultrasonido crea dos tipos de ondas. El tipo más común es ondas de presión, que bajan en el tejido, mientras que las otras son creadas por la presión de la radiación de la ondas de presión y se emiten horizontalmente, y reciben el nombre de ondas de corte.
Mientras que las ondas de presión son las más afectadas por los fluidos, las ondas de corte capturar las características de la otra 30 por ciento del cuerpo que no consisten de agua. "Estudiamos cómo se comportan las ondas de corte en el tejido, para medir su viscosidad, atenuación y velocidad", dice Holm.
Investigadores del Hospital Beaujon de París, en Francia, ya están probando la elastografía en pacientes con fibrosis hepática, una enfermedad en la que el hígado se vuelven rígidas debido a los daños hepatitis o el alcohol.
Asimismo, el Centro de Intervención en Oslo también está planeando probar el método en pacientes noruegos con fibrosis hepática y es probable que en unos años acabe sustituyendo a la biopsia. "Queda mucho por recorrer", han reconocido los autores.