PAMPLONA 20 Feb. (EUROPA PRESS) -
La Clínica Universitaria de Navarra operó en octubre a la paciente más joven del mundo intervenida de un implante auditivo de tronco cerebral. La niña, operada a los 13 meses de edad, nació sorda debido a una enfermedad congénita y ya ha comenzado a oír.
La clínica de Pamplona es el primer centro hospitalario que realiza esta operación en España con su propio equipo de profesionales, que ha efectuado tanto la intervención como el seguimiento postoperatorio y auditivo de la paciente.
El equipo ha estado dirigido por los doctores Manuel Manrique, especialista en Otorrinoralingología, y Bartolomé Bejarano, especialista en Neurocirugía Pediátrica, y lo han compuesto, además los doctores Manuel Alegre, especialista en Neurofisiología, Alicia Huarte, especialista en Audiología, Valentín Alzina de Aguilar, responsable de la UCI Pediátrica, y Alfredo Panadero, especialista en Anestesia.
Con anterioridad, el centro médico había practicado, también con éxito, un procedimiento similar en una niña de ocho años, aunque la particularidad e importancia de este caso reside en la temprana edad de la paciente. En todo el mundo sólo se han efectuado 38 implantes de tronco cerebral en niños menores de 12 años.
La niña nació con una enfermedad congénita caracterizada por la ausencia de nervios auditivos que son los encargados de transmitir al cerebro los estímulos sonoros recibidos por la vía auditiva desde el exterior. La incidencia de esta enfermedad en la población general es muy baja y se calcula que afecta a un recién nacido de cada 100.000.
El doctor Manuel Manrique explicó en rueda de prensa que "a la paciente no se le podía tratar con audífonos ni con implantes auditivos puesto que aquello que se tenía que estimular, el nervio auditivo, no existía".
La operación consistió en implantar unos electrodos sobre los núcleos auditivos, en el tronco del encéfalo, de forma que se restableciera la continuidad de la vía auditiva y se consiguiera que el impulso eléctrico llegara hasta el cerebro para interpretar el estímulo.
Así, la primera fase de la intervención tuvo lugar el pasado mes de octubre y consistió en la implantación de una placa de electrodos sobre los núcleos auditivos del tronco cerebral. Así, se le practicó una abertura que permitió retraer ligeramente el cerebelo para acceder al lugar preciso donde debía situarse el implante.
Una vez colocado el sistema de electrodos y durante la misma operación se practicaron pruebas de estimulación del dispositivo para confirmar el lugar exacto donde debía situarse.
"Se estimularon uno a uno los 22 electrodos que constituyen el implante para comprobar en cuáles se obtenía una respuesta auditiva", apuntó el doctor Manrique.
"Este control intraoperatorio de la estimulación de los electrodos y de la respuesta auditiva que se obtiene de cada uno de ellos nos permitía reposicionar el implante 'in situ', durante la operación, hasta dar con la mejor ubicación", describió el doctor Manrique.
El especialista destacó que, hasta la fecha, en las dos intervenciones practicadas en niños en la Clínica Universitaria, se han conseguido activaciones muy favorables de los electrodos.
Durante la misma operación se situó bajo la piel un receptor-emisor conectado por cable al dispositivo de electrodos. Este receptor es el que obtiene el sonido de otro dispositivo colocado en el exterior de la cabeza de la niña, que es el encargado de transmitir el sonido al interior mediante ondas de radiofrecuencia.
El equipo externo consta de un micrófono colocado detrás de la oreja conectado a su vez a un procesador necesario para modular las características de las señales sonoras recibidas a través del micrófono.
El receptor interno es el encargado de decodificar la señal que recibe del exterior y de transformarla en impulsos eléctricos que llegan de forma codificada a cada uno de los electrodos.
Es entonces cuando la niña recibe un estímulo que se propaga por la vía auditiva hasta el cerebro, donde se procesarán los impulsos eléctricos recibidos.
En la última fase del procedimiento, practicada el pasado enero, se determinaron los parámetros de estimulación que se iban a imprimir al dispositivo implantado: intensidad y velocidad de estimulación.
El doctor Manrique señaló que "la fase actual del procedimiento es "larga y complicada porque la paciente no puede expresarse y, por tanto, no puede facilitarnos información sobre sus percepciones".
"Por este motivo, es una fase delicada, en la que tenemos que actuar con mucho cuidado y esperar pequeños resultados que nos guíen para poder introducir las modificaciones oportunas en la estimulación", apuntó el especialista.
CONSTATACIONES AUDITIVAS
El doctor Manrique aseguró que durante las revisiones realizadas a la paciente se ha podido constatar que la niña ya recibe sonidos e incluso ha empezado a producirlos.
"Se trata de un indicio muy positivo. Lo que no podemos esperar es que tras unos pocos meses de evolución, la niña llegue a estructurar y pronunciar una frase o tenga la capacidad de entender una conversación, aunque sea sencilla", advirtió el especialista.
"Es necesario esperar -subrayó- porque estos momentos son comparables a los de un recién nacido que está desarrollando el lenguaje y en las primeras etapas no es capaz de interactuar en una conversación".
El especialista destacó la importancia de practicar estas intervenciones a una edad temprana dado que la capacidad de aprendizaje es mayor y la estructura funcional de los centros auditivos está mejor preparada para recibir la información acústica. "Las expectativas de los resultados auditivos son mejores a esta edad que en edades más avanzadas", concluyó el doctor Manrique.
La primera operación de este tipo se realizó en España en el año 1997 a un paciente adulto que tenía una enfermedad que afectaba a los nervios auditivos.