MADRID, 17 Sep. (EUROPA PRESS) -
El programa europeo 'Chrodis+', que estudia mejoras en la atención a pacientes con enfermedades crónicas, ha diseñado un modelo específico de atención a uno de los problemas crecientes de salud en todo el mundo: la coexistencia de varias patologías crónicas en una misma persona, condición que se conoce como multimorbilidad.
Los resultados de este modelo, que se conoce como 'Integrated Multimorbidity Care Model' (IMCM), se han dado a conocer tras un estudio llevado a cabo en España, Italia y Lituania, y en el que investigadoras del ISCIII han coordinado la parte española de la investigación.
Estos resultados, publicados en el 'Journal of Environmental Research and Public Health', concluyen que este modelo mejora la calidad de la atención y se asocia con una futura mejora de los resultados en salud, según los datos y respuestas obtenidas tanto de pacientes como de profesionales sanitarios. La multimorbilidad es un fenómeno creciente en Europa y el todo mundo, cada vez más frecuente en personas jóvenes y adultas y que se agrava con la edad, por lo que supone un desafío para los sistemas sociosanitarios europeos.
El estudio se ha llevado a cabo sobre más de 3.000 pacientes con multimorbilidad de Andalucía y Aragón en España, de Roma en Italia y de Kaunas y Vilnius en Lituania. En España el trabajo ha estado liderado por las investigadoras del Centro Nacional de Epidemiología del ISCIII Carmen Rodriguez-Blazquez y M. Joo Forjaz, y por el equipo de Alexandra Prados-Torres del Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud (IACS). También participan el Servicio Andaluz de Salud y el Hospital Miguel Servet de Zaragoza.
El modelo IMCM es una herramienta basada en metodología científica y colaborativa que se estructura en cinco campos de análisis: provisión de servicios sociosanitarios; apoyo a la toma de decisiones; promoción del autocuidado; uso de sistemas tecnológicos y de información, y manejo de recursos sociales y comunitarios.
Estos cinco ámbitos incluyen hasta 16 componentes que permiten su desarrollo concreto en la práctica clínica rutinaria, generando un modelo flexible que permite seleccionar y especificar los componentes más útiles y efectivos para cada paciente y cada contexto sociosanitario.
De esta manera, el análisis de los distintos niveles asistenciales, tanto de atención primaria como hospitalaria, implica el uso de un sistema de indicadores comunes para medir su grado de implantación y los resultados en salud obtenidos.
La investigación se ha llevado a cabo a través de cuestionarios estructurados dirigidos a profesionales y pacientes, con los modelos denominados 'Assessment of Chronic Illness Care' ('ACIC') y 'Patient Assessment of Care for Chronic Conditions' ('PACIC').
Tras comparar las consecuencias de la aplicación del modelo con la atención previa, las investigadoras han observado que tanto gestores, profesionales sanitarios y pacientes valoran muy positivamente el IMCM, que los indicadores se atención sociosanitaria mejoran y que se sientan las bases para confirmar mejores resultados en salud para los pacientes.
En concreto, la puntuación lograda en el modelo ACIC (cuanto más alta, mejor) subió de un 5,23 con el modelo tradicional de atención a un 6,71 utilizando el IMCM, mientras que la puntuación con el modelo PACIC creció de un 3,25 a un 4,03.
"El diseño consensuado de sistemas estructurados y armonizados de atención sanitaria es un camino prometedor, ya que permite conocer mejor la respuesta los sistemas sanitarios ante el desafío de la cronicidad, y supone una oportunidad de apoyo mutuo y mejora indudable para pacientes, profesionales y sistemas de salud", han dicho los investigadores.