MADRID, 7 Oct. (EUROPA PRESS) -
Nuevas estimaciones mundiales han puesto de manifiesto la magnitud del déficit de diagnóstico de muchas enfermedades comunes en el mundo, lo que deja a pacientes de todo el planeta expuestos a una atención sanitaria de mala calidad, advierte un estudio publicado en la revista 'The Lancet'.
Sin un acceso generalizado a las pruebas y servicios de diagnóstico clave, no se pueden alcanzar las prioridades sanitarias mundiales de cobertura sanitaria universal, mitigación de la resistencia a los antimicrobianos y preparación para las pandemias.
Según el estudio, casi la mitad (47%) de la población mundial tiene un acceso limitado o nulo a pruebas y servicios clave que son esenciales para diagnosticar enfermedades comunes, como la diabetes, la hipertensión, el VIH y la tuberculosis, o pruebas básicas para mujeres embarazadas como la hepatitis B y la sífilis, según un nuevo análisis.
Sin acceso a diagnósticos precisos, de alta calidad y asequibles, muchas personas serán sobretratadas, infratratadas o no serán tratadas en absoluto, o estarán expuestas a tratamientos innecesarios y potencialmente dañinos.
El análisis ha sido dirigido por la Comisión de Diagnóstico de 'The Lancet', un informe en profundidad que reúne a 25 expertos de 16 países para transformar el acceso mundial a los diagnósticos. La Comisión subraya la importancia de los diagnósticos para cualquier sistema sanitario que funcione y hace un llamamiento a los responsables políticos para que cierren la brecha de diagnóstico, mejoren el acceso y amplíen el desarrollo de los diagnósticos más allá de los países de renta alta.
Como señala la Comisión, una de las primeras lecciones de la pandemia de COVID-19 fue la importancia crucial de un diagnóstico oportuno y preciso. Los primeros problemas en el desarrollo de las pruebas dificultaron la comprensión y la respuesta al brote, lo que dio lugar a la rápida aparición de pruebas poco fiables e inexactas (incluso falsas).
En los países de ingresos altos, la posibilidad de utilizar los laboratorios de salud pública existentes, además del sector privado, fue fundamental para aumentar la capacidad de las pruebas, pero muchos países de ingresos bajos y medios sin acceso a esta infraestructura se vieron perjudicados y no pudieron alcanzar la capacidad total de las pruebas.
"En gran parte del mundo, los pacientes reciben tratamiento para sus enfermedades sin tener acceso a pruebas y servicios de diagnóstico clave. Esto equivale a practicar la medicina a ciegas --afirma el doctor Kenneth Fleming, presidente de la Comisión, de la Universidad de Oxford (Reino Unido)--. Esto no sólo es potencialmente perjudicial para los pacientes, sino que también supone un importante desperdicio de los escasos recursos médicos".
El experto resalta que, por primera vez, el análisis muestra "la impactante magnitud de los retos a los que nos enfrentamos, y nuestro informe ofrece recomendaciones sobre cómo cerrar la brecha. La pandemia de COVID-19 ha colocado las pruebas en lo más alto de la agenda política y sanitaria mundial, y debe ser un punto de inflexión para garantizar que damos prioridad al diagnóstico de todas las enfermedades", añade.
Los diagnósticos incluyen un conjunto de pruebas y servicios clave que son esenciales para comprender la salud de un paciente. Pueden ser muestras de sangre, tejidos u orina recogidas y analizadas a pie de cama o en un laboratorio, o bien diagnósticos de imagen como radiografías, ecografías, resonancias magnéticas, TAC o medicina nuclear.
Como parte de la Comisión, los autores revisaron los mejores datos disponibles sobre el acceso a las pruebas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la atención prenatal, con el fin de proporcionar una estimación global sobre el acceso a los diagnósticos básicos.
Estas pruebas, entre las que se encuentran las pruebas de sífilis, las varillas de orina, las pruebas de hemoglobina, las pruebas de glucosa en sangre y las ecografías, representan pruebas diagnósticas esenciales y deberían estar disponibles en un plazo de dos horas de viaje del paciente.
Los diagnósticos son fundamentales para una atención sanitaria de calidad, pero, como afirma la Comisión, esta noción está infravalorada, lo que conduce a una financiación insuficiente y a unos recursos inadecuados a todos los niveles. A nivel mundial, estiman que casi la mitad (47%) de la población carece de acceso a los diagnósticos.
La brecha diagnóstica es mayor en la atención primaria, donde sólo un 19% de la población de los países de renta baja y media-baja tiene acceso a las pruebas diagnósticas más sencillas (que no sean para el VIH o la malaria). Los autores piden que se invierta y se forme urgentemente para mejorar el acceso a las pruebas en la atención primaria, especialmente en los puntos de atención.
"Hay tres cosas que son esenciales para la seguridad sanitaria: la seguridad de los diagnósticos, la seguridad de las vacunas y la seguridad terapéutica --afirma el doctor John Nkengasong, director de los Centros Africanos de Control y Prevención de Enfermedades y coautor de la Comisión--. Los sistemas sanitarios fuertes, y un sistema de salud pública fuerte, requieren las tres cosas. La equidad comienza con la regionalización de la producción de productos de seguridad sanitaria en la medida de lo posible, y esto incluye los diagnósticos".
A nivel mundial, la reducción de la brecha diagnóstica de sólo seis enfermedades (diabetes, hipertensión, VIH y tuberculosis, además de la hepatitis B y la sífilis para las mujeres embarazadas) del 35-62% al 10% reduciría en 1,1 millones el número anual de muertes prematuras en los países de ingresos bajos y medios.
La clave para cerrar la brecha de diagnóstico es la disponibilidad de personal capacitado, y la Comisión estima un déficit mundial de hasta 1 millón de personal de diagnóstico, que debe ser abordado a través de la formación y la educación.
"Sin una mano de obra cualificada que pueda aprovechar al máximo su educación y formación, los países no podrán proporcionar acceso a diagnósticos adecuados para cada nivel de atención y alcanzar la Cobertura Sanitaria Universal", afirma el profesor Michael Wilson, copresidente adjunto de la Comisión, de la Autoridad Sanitaria y Hospitalaria de Denver (EE.UU.).
La Comisión recomienda además que los países desarrollen urgentemente estrategias nacionales de diagnóstico basadas en proporcionar a las poblaciones el acceso a un conjunto de diagnósticos esenciales que sean apropiados para las necesidades locales de atención sanitaria.
Según destaca el estudio, en los últimos 15 años se han producido extraordinarias innovaciones tecnológicas e informáticas que han transformado los diagnósticos, pero la Comisión advierte que los beneficios no se reparten equitativamente.
"La pandemia de COVID-19 ha ilustrado los riesgos que conlleva depender de un pequeño número de proveedores médicos. Ampliar la producción de diagnósticos localizando más investigación, desarrollo y producción en países de ingresos bajos y medios es una prioridad clave", resalta la profesora Susan Horton, copresidenta adjunta de la Comisión, de la Universidad de Waterloo (Canadá).
Otras recomendaciones de la Comisión son la mejora de la asequibilidad, la mejora de los marcos normativos para supervisar la calidad y la seguridad de los diagnósticos, y la democratización de los diagnósticos (aumento de la disponibilidad de las pruebas en los puntos de atención, la toma de muestras y el autodiagnóstico).