MADRID, 20 Jun. (EUROPA PRESS) -
La mayoría de los pacientes operados para recibir un trasplante de córnea no sufre dolor y presenta una recuperación visual progresiva y rápida, no obstante, hasta la retirada de las suturas no se puede valorar el resultado visual y concluir cuánta visión se va a recuperar, según ha destacado el doctor Nabil Ragaei Kamel, jefe de Servicio de Oftalmología del Hospital Quirónsalud San José (Madrid)
Un trasplante de córnea puede ser realizado por varias razones, una de ellas es como consecuencia en un queratocono, que consiste en la deformación cónica del tejido córneo y provoca un astigmatismo irregular que deforma las imágenes. Asimismo, existen otras razones como el edema corneal, que hace que la córnea deje de ser transparente provocando la pérdida de visión; el herpes, o las distrofias corneales, que hace referencia a enfermedades hereditarias que afectan al endotelio.
Así, el doctor ha explicado que el procedimiento de esta intervención se basa en la realización de una queratoplastia penetrante, que incluye todas las capas de la córnea; endotelial, sólo la capa interna, o lamelar, las capas exteriores. Para la cirugía se suele utilizar anestesia local y no requiere ingreso. Consiste en sustituir la córnea patológica por la córnea del donante con el objetivo de recuperar su transparencia para permitir el paso de la luz y la imagen al interior del ojo.
Durante el postoperatorio, el paciente debe tener el ojo tapado durante 24 horas y administrarse gotas y pastillas antibióticas y antiinflamatorias. Respecto a los riesgos de la operación, el principal es el rechazo del paciente. En este contexto, el Hospital Quirónsalud San José ha llevado a cabo su primer trasplante de córnea. En este caso se ha realizado un trasplante endotelial.