MADRID, 9 Abr. (EUROPA PRESS) -
Un estudio clínico de la Escuela Politécnica Federal (ETH) de Zúrich (Suiza) ha demostrado por primera vez, a través de un juego creado por ellos mismos, que el entrenamiento cognitivo motor mejora tanto las habilidades cognitivas como las físicas de los pacientes con demencia significativamente afectados.
En 2015, un equipo de científicos dirigido por el investigador de la ETH Patrick Eggenberger demostró que las personas mayores que entrenan simultáneamente el cuerpo y la mente demuestran un mejor rendimiento cognitivo y, por lo tanto, también pueden prevenir el deterioro cognitivo (según informa ETH News). Sin embargo, este estudio se llevó a cabo solo en sujetos sanos.
"Hace tiempo que se sospecha que el entrenamiento físico y cognitivo también tiene un efecto positivo sobre la demencia", explica el investigador de la ETH, Eling de Bruin. "Sin embargo, en el pasado ha sido difícil motivar a los pacientes con demencia para que realicen actividades físicas durante periodos prolongados", ha añadido.
Con el objetivo de cambiar esta situación, Eva van het Reve, antigua estudiante de doctorado de la ETH, fundó en 2013 la spin-off de la ETH 'Dividat', junto con de Bruin y otro estudiante de doctorado. "Queríamos idear un programa de entrenamiento personalizado que mejorara la vida de las personas mayores", dice van het Reve. Se desarrollaron ejercicios divertidos para animar a participar en el entrenamiento a personas que ya sufrían deficiencias físicas y cognitivas, y así nació la plataforma de entrenamiento 'Senso'.
La plataforma consta de una pantalla con el 'software' del juego y un panel en el suelo con cuatro campos que miden los pasos, el desplazamiento del peso y el equilibrio. Los usuarios intentan completar una secuencia de movimientos con los pies según se indica en la pantalla, lo que les permite entrenar simultáneamente el movimiento físico y la función cognitiva. El hecho de que el juego de fitness sea también divertido facilita la motivación de los sujetos para practicar con regularidad.
OCHO SEMANAS DE ENTRENAMIENTO PARA PACIENTES CON DEMENCIA
Un equipo internacional dirigido por Nathalie Swinnen, estudiante de doctorado de la KU Leuven, y co-supervisado por el investigador de Bruin, reclutó a 45 sujetos para el estudio. Los sujetos eran residentes de dos residencias belgas, con una edad media de 85 años en el momento del estudio y todos con síntomas de demencia grave.
"Los participantes se dividieron en dos grupos de forma aleatoria", explica de Bruin. "El primer grupo se entrenó durante 15 minutos con el 'Dividat Senso' tres veces por semana durante ocho semanas, mientras que el segundo grupo escuchó y vio vídeos musicales de su elección". Tras el programa de entrenamiento de ocho semanas, se midió la capacidad física, cognitiva y mental de todos los sujetos en comparación con el inicio del estudio.
EL JUEGO REGULAR TIENE EFECTO
Así, los resultados ofrecen esperanzas a los pacientes con demencia y a sus familiares, pues el entrenamiento con esta máquina mejoró las capacidades cognitivas, como la atención, la concentración, la memoria y la orientación. "Por primera vez, existe la esperanza de que a través del juego dirigido podamos no solo retrasar, sino también debilitar los síntomas de la demencia", subraya de Bruin.
Resulta especialmente llamativo que el grupo de control se deteriorara aún más a lo largo de las ocho semanas, mientras que se registraron mejoras significativas en el grupo de entrenamiento. "Estos resultados tan alentadores coinciden con la expectativa de que los pacientes con demencia tienen más probabilidades de deteriorarse sin entrenamiento", añade de Bruin.
Pero el entrenamiento lúdico no solo tiene un impacto positivo en la capacidad cognitiva, pues los investigadores también pudieron medir los efectos positivos en la capacidad física, como el tiempo de reacción. Después de ocho semanas, los sujetos del grupo de entrenamiento reaccionaban con una rapidez significativamente mayor, mientras que el grupo de control empeoraba. "Esto es alentador, ya que la velocidad con la que las personas mayores responden a los impulsos es fundamental para determinar si pueden evitar una caída", señalan los investigadores.
El grupo de investigación dirigido por de Bruin trabaja actualmente en la reproducción de los resultados de este estudio piloto con personas con deterioro cognitivo leve, precursor de la demencia. El objetivo es utilizar las resonancias magnéticas para investigar más de cerca los procesos neuronales del cerebro responsables de la mejora cognitiva y física.