MADRID, 25 Oct. (EUROPA PRESS) -
El presidente de honor de la Sociedad Española para el Estudio de la Violencia Filio-parental, Javier Urra, ha avisado de que la sociedad se "preocupa mucho" por los adolescentes pero "no se ocupa" de ellos, ya que no le da opciones, no les motiva y no les atiende.
Así, y durante su participación en las XIII Jornadas Científicas de la Fundación Alicia Koplowitz, el experto ha puesto como ejemplos la ludopatía, el sexo sin amor, el coqueteo con las drogas, la pertenencia a grupos asociales o el inicio de los trastornos de alimentación y las conductas transgresoras.
"Como la violencia filio-parental, esa patología del amor de quienes quieren quererse y no saben hacerlo, los trastornos límite de personalidad, las depresiones, el déficit de atención con hiperactividad e, incluso, el suicidio. Nadie quiere abordar el tema del psicoticismo en niños o la psicopatía, por lo que bien haremos en describir la realidad, afrontarla y, en ocasiones, prevenirla", ha dicho.
Por su parte, la coordinadora científica de las jornadas, María Concepción Guisasola, ha recordado que un 25 por ciento de la población mundial tiene en estos momentos entre 10 y 24 años, un periodo que es el de mayor aprendizaje para la vida, "una época difícil" en la que las personas son propensas padecer desórdenes mentales como la ansiedad, la depresión, el abuso del alcohol y otras sustancias y trastornos de conducta alimentaria.
En este sentido, la jefa del servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid, Susana Monereo, ha señalado los cambios hormonales profundos que se producen en esta etapa de la vida y que van a ser decisivos en la adquisición del cuerpo de adulto con caracteres sexuales, la fertilidad, la personalidad.
A su juicio, uno de los principales problemas es la definición de la edad en la que ocurren esos cambios y advirtió sobre dos alteraciones que se están detectando, la pubertad retrasada, que afecta fundamentalmente a varones, y la precoz, que aparece principalmente en niñas.
Asimismo, la profesora Verónica de Miguel ha aludido a la V Macroencuesta de Violencia contra la Mujer 2015 del CIS, de la que ha destacado que las mujeres jóvenes sufren menos violencia sexual o económica, pero más psicológica que las mayores, el 32,3 por ciento frente a un 24,6 por ciento.
"Casi una de cada cinco mujeres jóvenes manifiesta haber sufrido violencia de control de su pareja actual. Al mismo tiempo, las mujeres jóvenes se ven más afectadas por la reincidencia de sufrir violencia de género por parte de más parejas. Pero como aspecto positivo subrayó que éstas acaban con la relación de violencia con más frecuencia que las mayores (77,7% frente a 66,4%). Y también que las que poseen mayor nivel académico tienen menor probabilidad de haber sido víctimas de violencia de género", ha argumentado.
ADOLESCENTES CON TEA, LOS QUE TIENEN MÁS RIESGO DE ABUSO SEXUAL
Ahora bien, la jefa de Sección del Servicio de Psiquiatría y Psicología Clínica Infanto-Juvenil del Instituto de Neurociencias del Hospital Clínic de Barcelona, Rosa Calvo, ha avisado de que quienes asumen más riesgo de convertirse en víctimas de la coacción y el abuso sexual son los adolescentes con trastorno del espectro autista (TEA).
"También puede ser frecuente que no adviertan lo inadecuado de su comportamiento sexual, llegando a realizar requerimientos insistentes o tocamientos inapropiados. Precisamente, la sexualidad es algo que preocupa a los padres, pero que tienen dificultades para abordar, por ello expresan la necesidad de apoyo para educar a los adolescentes autistas sobre el funcionamiento psicosexual", ha dicho la doctora Calvo.
Durante el encuentro, la profesora de Neurociencia Cognitiva del UCL Institute of Cognitive Neuroscience de Londres, Sarah-Jayne Blakemore, ha puesto de manifiesto que los comportamientos aparentemente irracionales que caracterizan a la adolescencia se pueden interpretar como adaptativos y racionales si se considera que uno de los objetivos clave del desarrollo de este periodo de la vida es madurar y convertirse en un adulto independiente en el contexto de un mundo social que es inestable y cambiante".
Dicho esto, la experta ha puesto el acento en el hecho de que "las áreas del cerebro social se reorganizan durante la segunda década de la vida, lo que podría reflejar un periodo sensible para adaptarse al entorno social.
Al respecto, la doctora Laia Villalta ha comentado que existen pocos datos sobre las consecuencias a corto y medio plazo de la agresión sexual en jóvenes, a pesar de que supone una experiencia traumática grave. Así, ha aludido a datos de un estudio que está siguiendo a adolescentes víctimas de agresión sexual atendidas por clínicas londinenses para demostrar que hasta un 80 por ciento de las víctimas presenta algún tipo de trastorno psiquiátrico y más de la mitad varios trastornos comórbidos.
Otro de los datos obtenidos por el estudio es que un 88 por ciento de los adolescentes muestra síntomas de disregulación emocional tras un trauma sexual, siendo la prevalencia de trastorno por estrés postraumático complejo de hasta un 40 por ciento. También refleja experiencias de revictimización en los cuatro meses posteriores a una agresión sexual.