MADRID 3 May. (EUROPA PRESS) -
La investigación en fármacos y la consiguiente aparición de tratamientos vasodilatadores para el tratamiento de la hipertensión pulmonar está permitiendo que, en tres años de diagnóstico, se haya aumentado en un 67 por ciento la supervivencia a los pacientes que poseen esta enfermedad.
En la actualidad, esta enfermedad está considerada minoritaria ya que sólo quince de un millón de pacientes mueren a causa de ella. Esta baja cifra de fallecimientos se debe a los avances realizados en la identificación de los distintos mecanismos por los que aparece la enfermedad.
Unos avances que, además, facilitan la ampliación de la investigación en el campo de los posibles distintos fármacos que se utilizan para paliar los síntomas y mejorar así la vida de los pacientes. En este sentido, el medicamento que ha demostrado ser más eficaz en las fases más avanzadas de la enfermedad, y con el que se tiene más experiencia, es el que contiene epoprosteSNOL intravenoso (prostaciclina).
Además, los inhibidores de la fosfodiesterasa 5 y los antagonistas de la endotelina, administrados por vía oral, también han demostrado buenos resultados en pacientes en estados moderados y avanzados. No obstante, también existen tratamientos de fácil manejo por vía inhalatoria, como el iloprost, que han mostrado efectos beneficiosos en los pacientes. Todos estos tratamientos pueden administrarse o bien solos o bien de forma combinada según el estadio y los síntomas de los pacientes.
Según explica la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), en el desarrollo de la hipertensión pulmonar juegan un papel fundamental diferentes factores como la rotura del equilibrio normal existente entre sustancias vasoconstrictoras (la endotelina) y la vasodilatadoras, la remodelación y la proliferación celular vascular pulmonar, el papel de la fosofodiesterasa, la vasoconstricción inducida o la inactivación de la guanilciclasa.
Asimismo, el aumento de la actividad de la tiroSINn-quinAsa, el papel de la serotonina, el aumento de la expresión de factores del crecimiento, la vía genética, las células progenitoras y la inflamación, son otros de los principales factores que influyen en el desarrollo de esta enfermedad.
TRATAMIENTOS ORALES Y FÁCILES DE ADMINISTRAR
Actualmente existen unos estudios, pendientes de finalizar, que están trabajando en tratamientos orales y fáciles de administrar y que en un futuro próximo ampliarán el arsenal terapéutico que se dispone para tratar esta enfermedad. Además, hay investigaciones, todavía en fase de desarrollo, que plantean tratamientos con células progenitoras y nanopartículas que, a largo plazo, pueden representar una opción más para paliar los síntomas.
No obstante, desde SEPAR avisan que la actual crisis económica está haciendo peligrar la inversión de la Administración en investigación y gasto sanitario que, además, puede provocar un desequilibrio en las prestaciones básicas de los pacientes y en los avances logrados en materia de hipertensión pulmonar.
Por ello, SEPAR junto a la Sociedad Española de Cardiología han elaborado un documento sobre la eficacia de los medicamentos en esta enfermedad donde resaltan que en ningún país está autorizado el uso de genéricos en tratamientos para pacientes con hipertensión pulmonar. En este sentido, destacan que no está comprobado que los medicamentos genéricos sean más baratos que los comerciales y, sobretodo, cuando hay laboratorios que han reducido el precio de las acciones comerciales.