La intervención psicológica puede mejorar la calidad de vida del paciente con cáncer, según expertos

Actualizado: jueves, 29 abril 2010 20:13

MADRID 29 Abr. (EUROPA PRESS) -

La intervención psicológica puede mejorar la calidad de vida del paciente con cáncer, al disminuir la ansiedad y la depresión que pueden acompañar a la enfermedad, por este motivo, la doctora Pilar Giraldo, del Servicio de Hematología del Hospital Universitario Miguel Servet en Zaragoza, afirma que "es necesario que aparezca en las unidades de oncología la figura del psico-oncólogo para facilitar la adaptación psicológica del afectado a su nueva situación".

Sin embargo, esta figura, a pesar de jugar un papel relevante en el proceso asistencial oncológico, es aún inexistente en muchos hospitales españoles, una situación que debe mejorar, según la Asociación Española de Afectados por Linfomas, Mielomas y Leucemias (AEAL). "Los pacientes oncológicos y sus familiares necesitan asesoramiento, apoyo y cuidados especiales al recibir tan dura información, durante y después del tratamiento", señala su presidenta, Begoña Barragán.

Cada año se diagnostican en el mundo 350.000 nuevos casos de linfoma y la incidencia está aumentando anualmente en la mayoría de los países desarrollados. En España, cada año, se diagnostican 10 nuevos casos por cada 100.000 habitantes. Las cifras revelan, por un lado, unas altísimas tasas de supervivencia en este tipo de tumores y, por otro, un enorme desconocimiento de la enfermedad por parte de la población general.

"La información que la sociedad tiene en general sobre los linfomas es pobre; la mayoría de los pacientes coinciden en que, cuando se les diagnosticó la enfermedad, apenas habían oído hablar sobre este tipo de cáncer o sobre el sistema linfático. El miedo a lo desconocido, la incertidumbre de no saber bien que es lo que va a suceder sumerge al paciente en un estado de desconcierto terrible", asegura Barragán.

Por otra parte, Giraldo explica que para los profesionales sanitarios es de gran importancia los encuentros con los pacientes ya que contribuyen a conocer por una parte el impacto que el diagnostico provoca en ellos y cuales son los aspectos que se pueden mejorar. "Escuchando a los pacientes, podemos identificar qué es lo que no funciona bien dentro del sistema, en qué punto se encuentra la Hematología en España en cuanto a la calidad asistencial, y sobre todo se aprende a ayudarlos, a conocer qué circunstancias les preocupan más, cuáles les afectan en mayor medida, etc", explica.

Así, advierte de que "es muy importante la preparación psicológica con la que un paciente afronta el tratamiento. Tras asumir el golpe y entender que, de momento, ha de aplazar los planes que tenía trazados, ha de pasar por una serie de situaciones nada agradables, pues los tratamientos necesarios para su curación pueden acarrear unos efectos secundarios dañinos para su imagen, su vida social e incluso su vida familiar".

Es durante todo este proceso, asegura Begoña Barragán donde la figura del psico-oncólogo ha de ser referencia para el paciente. "Los especialistas tienen un tiempo muy limitado durante la consulta médica y el entorno no tiene siempre por qué saber cuál es la mejor manera de apoyar al paciente. Es por esto, por lo que los psico-oncólogos han de ser el apoyo de referencia para los pacientes", añade.