MADRID, 8 Nov. (EUROPA PRESS) -
El investigador científico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Lluís Montoliu, ha instado a aprovechar las técnicas de edición genética para tratar a personas afectadas por alguna enfermedad congénita para revertir o inactivar los efectos de la mutación genética de la que son portadores y causa la patología.
Así se ha expresado durante la celebración de la jornada divulgativa 'La salud más allá de la ciencia ficción', organizada por la Fundación Más Que Ideas, que ha pretendido ofrecer información sobre el progreso médico, científico y tecnológico con implicaciones en la salud.
"Los resultados preliminares obtenidos en modelos celulares y animales con estas aproximaciones terapéuticas son muy prometedores, aunque todavía se tardará algún tiempo antes de que puedan trasladarse a pacientes con la debida seguridad y eficacia que necesitamos", ha reconocido el investigador.
El investigador del CSIC ha indicado que cada vez será más sencillo el conjunto de variantes genéticas de cualquier persona y poder interpretar el significado funcional de todas ellas para poder recomendar uno u otro tratamiento.
Esta situación planteará "retos profundos en la sociedad y dilemas éticos importantes sobre el destino, el depósito y la gestión de toda esta información, y sobre quién tendrá acceso a ella, para salvaguardar a los pacientes", ha explicado.
"Los aspectos de privacidad y confidencialidad serán esenciales y en todo momento deberemos contar con la aprobación del paciente que deberá permitirnos trabajar, o no, con sus datos genéticos, respetando su libertad de elección", ha agregado el experto.
Montoliu también se ha referido a la alteración del genoma de embriones humanos, algo que en España es "completamente ilegal, prohibido, debido a que España es signataria del Convenio de Asturias, de 1997".
El 'Convenio del Consejo de Europa para la protección de los derechos humanos y la dignidad del ser humano respecto de las aplicaciones de la biología y la medicina', conocido también como 'Convenio sobre Derechos Humanos y Biomedicina' o 'Convenio de Oviedo', es un tratado impulsado por el Consejo de Europa y suscrito en Oviedo el 4 de abril de 1997 cuyo objetivo es impedir el abuso del desarrollo tecnológico en lo que concierne a la biomedicina y proteger la dignidad humana y los derechos humanos.
MEDICINA PERSONALIZADA Y DE PRECISIÓN
En cuanto a la salud del futuro, se ha hecho hincapié en que deberá ir encaminada también a una medicina personalizada y de precisión, tanto en los aspectos de diagnóstico como en terapia.
"Cada paciente presenta un cuadro de síntomas único que depende de la patología que tiene y de su propia constitución genética, por eso los tratamientos para un paciente no necesariamente deberán ser útiles para otros, ni viceversa", ha explicado el investigador del CSIC.
En este sentido se ha manifestado también la subdirectora del Observatorio de Bioética y Derecho, Itziar de Lecuona, que ha apuntado que la medicina personalizada y la mejora en la toma de decisiones en salud para que los sistemas sanitarios sean más eficientes forma parte de una apuesta política, económica y científica.
"De lo que se trata es de establecer los límites en cuanto a liberar datos personales de distinta índole para que tomemos o se tomen decisiones sobre nosotros en el contexto investigador y asistencial", ha explicado la experta.
"Si la máquina aprende y la genética parece decirlo casi todo de nosotros, los humanos debemos entonces establecer qué debe aprender, y cómo y para qué fines explotar la ingente cantidad de datos de salud para respetar el principio de autonomía y la intimidad y la protección de las generaciones futuras", ha concluido De Lecuona.