MADRID, 17 Sep. (EUROPA PRESS) -
Con motivo del Día Nacional del Sarcoma, que se conmemora este lunes con el objetivo visibilizar e informar acerca de este tumor, la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR) quiere destacar la aportación tecnológica, innovadora y terapéutica de la Oncología Radioterápica, que, en asociación con otras terapias, logra evitar la amputación de las extemidades, mejorar las tasas de curación y el control de la enfermedad.
Los sarcomas aparecen con la formación de células malignas, cancerosas, en los huesos o en los tejidos de los músculos, tendones o nervios. Son muy poco comunes, ya que en España se registran 3,3 casos por 100.000 habitantes en hombres y 2,6 por 100.000 habitantes en mujeres al año. Tienen una edad de presentación muy variable, siendo más frecuentes en adultos de entre 40 y 60 años. En la mayoría de los casos no están asociados a ningún factor de riesgo, aunque existe un pequeño grupo de pacientes en los que pueden identificarse factores predisponentes como la neurofibromatosis o alteraciones genéticas, en algunos casos hereditarias.
La supervivencia global de los sarcomas de tejidos blandos a cinco años es del 64,9 por ciento, teniendo en cuenta el periodo. En los localizados puede llegar al 81,2 por ciento, siendo menor en estadios más avanzados (57,4% en extensión regional y del 15,9% en los que presentan diseminación a distancia). Globalmente, el 50 por ciento de los sarcomas de partes blandas consigue la curación.
ASOCIACIÓN CON OTRAS TERAPIAS
La cirugía sigue siendo el tratamiento principal. No obstante, la asociación con radioterapia, antes o después de la misma, consigue lograr cirugías menos invasivas, conservando la extremidad, en lugar de la amputación del miembro afectado.
El objetivo de la radioterapia es mejorar el control de la enfermedad y la resecabilidad del mismo. Los avances en radioterapia (como el uso de protones, la radioterapia guiada por imagen, la radioterapia adaptativa, la radioterapia de intensidad modulada, la braquiterapia, la radioterapia estereotáxica extracraneal, los hipofraccionamientos) han mejorado sustancialmente la tolerancia de dichos tratamientos y evitado la aparición de efectos secundarios tardíos, que son los que realmente afectan a la calidad de vida de los pacientes.
La doctora Raquel Correa Generoso, oncóloga radioterápica del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Victoria (Málaga) y miembro del Grupo de Sarcomas y Tumores de partes blandas de SEOR, señala que "aunque las innovaciones tecnológicas son muy importantes, solo constituyen la punta del iceberg de una maquinaria bien engrasada". A su juicio, la evaluación individualizada, el estudio y comparación de histogramas dosis-volumen, la valoración de otras patologías y la delimitación precisa de los volúmenes de tratamiento radioterápico de cada caso son "cruciales para ofrecer el mejor resultado".
La radioterapia se asocia cada vez más a la quimioterapia, a nuevas dianas moleculares e, incluso, a la inmunoterapia. La doctora Correa asegura que han visto "resultados alentadores" con la combinación de radioterapia y trabectedina, por ejemplo. Esta estrategia tiene por objetivo mejorar la ratio terapéutica y ofrecer mejores tasas de curación y/o control local de la enfermedad con menos toxicidad, llegando a plantear en algunas ocasiones disminuir la dosis de radioterapia. "Estos avances están permitiendo que cada vez haya un mayor número de largos supervivientes, incluso en estadios avanzados de la enfermedad", añade la oncóloga radioterápica.
ENFOQUE MULTIDISCIPLINAR
Los sarcomas de partes blandas son un grupo de tumores heterogéneos y poco frecuentes, ya que suponen aproximadamente un 1 por ciento del total de neoplasias. Por ello, requieren de un enfoque multidisciplinar de un equipo especializado, con disponibilidad de ensayos clínicos que ayuden a entender la historia natural de la enfermedad y mejorar la supervivencia y la calidad de vida.
La secuencia de los tratamientos, así como la asociación con quimioterápicos, se decide en los comités de tumores, ya que es necesario contar con la correcta sincronización de todo el equipo (cirujanos, traumatólogos, oncólogos radioterápicos, médicos nucleares, patólogos, oncólogos médicos y radiólogos) para el manejo óptimo de esta patología. Del mismo modo, es importante el soporte de las asociaciones de pacientes que colaboran estrechamente con las sociedades científicas.