MADRID, 29 Ene. (EUROPA PRESS) -
El experto canadiense Gregor Reid, padre de algunos de los lactobacilos más utilizados en el mundo, está realizando un proyecto que está permitiendo mejorar la calidad de vida en países como Uganda, Tanzania y Kenia, mediante la administración de un compuesto de bacterias o microorganismos saludables, que se distribuye como yogur.
Reid ha sido uno de los participantes en el VII Workshop 'Probióticos, prebióticos y salud: evidencia científica', organizado por la Sociedad Española de Probióticos y Prebióticos (SEPyP), con cerca de 500 asistentes. Y es que, mientras que en el primer mundo cada vez más estudios muestran que la administración de probióticos contribuye a la mejora de la enfermedad gastrointestinal y otras patologías, la distribución comercial de estos productos en zonas como África "no es una prioridad" para la industria.
Para solucionar esto, el experto canadiense ha promovido una red de distribución local de probióticos en zonas de Uganda, Tanzania y Kenia. El proceso consiste en hacer llegar a esos países, con un coste mínimo, un compuesto en sobres, con dos de las bacterias más conocidas y contrastadas en la producción de yogur, como son las cepas probióticas de 'lactobacillus rhamnosus GG'.
Con cada sobre se producen 100 litros de yogur. En este sentido, el proceso se lleva a cabo en mini plantas de lácteos locales, conocidas como 'kitchens', que dan trabajo a personas de la zona, fundamentalmente mujeres. La distribución de este producto fermentado se hace a través de comedores comunitarios y ya son cerca de 50.000 las personas que están teniendo acceso regular a ellos.
Además de los efectos beneficiosos para la salud, Gregor Reid ha destacado que este sistema de acceso a los probióticos está permitiendo el desarrollo y la independencia social de las personas que trabajan en su producción y distribución, con especial importancia en el caso de la mujer, en un medio en el que sufren una gran discriminación.
Respecto a los beneficios para la salud, el experto canadiense ha asegurado que aunque hacen falta más datos ya se han observado ventajas como, por ejemplo, la reducción de la diarrea, la mejora de la inmunidad, el aumento de defensas en pacientes con VIH, y la menor absorción de toxinas ambientales potencialmente letales.