MADRID, 6 Jun. (EUROPA PRESS) -
Las gafas de sol deben bloquear, como mínimo, el 99 por ciento de la radiación ultravioleta A, B y los rayos infrarrojos, al tiempo que no deben afectar a la visión de los colores, especialmente cuando se conduce, según ha informado el Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas.
Y es que, además de ser accesorios de moda, las gafas de sol existen por dos razones, una prevenitiva y otra de confort. En concreto, desde el punto de vista de la salud, se usan para evitar que la radiación ultravioleta penetre en las estructuras oculares, como córnea, cristalino y retina, así como en los párpados y en la delicada piel alrededor de ellos.
Además, desde el punto de vista de la comodidad, cada vez un mayor número de personas se muestra más sensible a la luminosidad y al resplandor intensos. Así, al reducir notablemente el brillo y el resplandor con gafas de sol, todo se ve mucho mejor y con mayor comodidad.
En este sentido, según la Academia Americana de Optometría (AAO), las gafas de sol de calidad protegen los ojos de posibles quemaduras dolorosas y pueden ayudar a retrasar las cataratas y la degeneración macular asociada a la edad (DMAE). También, la piel alrededor de los ojos, incluyendo a los párpados, es una de las zonas del cuerpo más propensas al cáncer de piel.
"Las gafas de sol de calidad adquiridas en los establecimientos sanitarios de óptica, con los filtros adecuados para anular la radiación ultravioleta e infrarroja, y con el tamaño idóneo para proteger no sólo los ojos, sino también los párpados, son la mejor manera de prevenir graves problemas oculares y visuales, como queratitis o cataratas, así como posibles tumores de piel en esa área", ha comentado el presidente del Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas, Juan Carlos Martínez Moral.
RAZONES PARA USAR GAFAS DE SOL
Y es que, la radiación UV del sol puede causar fotoqueratitis (quemaduras de la córnea muy dolorosas), cataratas y crecimientos celulares, en su mayoría benignos, en la superficie ocular como pterigión y pinguéculas.
Ante esto, y a pesar de que los sombreros y gorras pueden bloquear aproximadamente el 50 por ciento de la radiación UV de los ojos, pero según los especialistas "no es una protección suficiente", sobre todo en la playa, en la alta montaña o en el mar abierto.
Asimismo, la exposición a largo plazo de la luz azul y violeta del espectro solar ha sido relacionado como un importante factor de riesgo de la degeneración macular, especialmente en personas que son "más sensibles al sol".
También, el brillo del sol y su resplandor, sobre todo en determinadas superficies, interfiere con la visión cómoda y la capacidad de ver con claridad al provocar que las personas entrecerremos los ojos. De hecho, el cerrar parcialmente los ojos no impide en absoluto que las radiaciones solares sigan penetrando en nuestros ojos.
Pasar dos o tres horas a pleno sol puede obstaculizar la capacidad de adaptarse rápidamente a los niveles de luz durante el anochecer o en interiores, lo que puede provocar que la conducción de vehículos por la noche, después de pasar un día al sol sin gafas protectoras, se convierta en una actividad peligrosa.
Finalmente, los tumores de los párpados y de la piel alrededor de los ojos es más común que lo que la gente piensa. Por ello, las personas deben utilizar asiduamente gafas de sol al aire libre si están trabajando, conduciendo, haciendo deporte, caminando o realizando cualquier otra actividad bajo el sol.