Expertos en reproducción asistida aconsejan la vitrificación para preservar la fertilidad ante un cáncer

Actualizado: lunes, 11 marzo 2013 17:12

MADRID, 11 Mar. (EUROPA PRESS) -

Expertos del Centro Médico de Reproducción Asistida en Valencia (CREA) han aconsejado la vitrificación para preservar la fertilidad ante un cáncer, por lo que han asegurado que un paciente con esta enfermedad "no está condenado" a renunciar a tener un hijo.

No obstante, algunas de las secuelas de los tratamientos oncológicos pueden ser la amenorrea (desaparición de la menstruación) y la disminución de la reserva ovárica de las mujeres, llegando a quedar como si la mujer tuviera 10 años más.

En este sentido, la codirectora de CREA, Carmen Calatayud, ha señalado que las mujeres que vayan a recibir tratamiento oncológico deben preservar la fertilidad antes de iniciar la quimioterapia o radioterapia, ya que los efectos de éstas sobre la fertilidad pueden llegar a ser "devastadores".

"De la celeridad con la que se actúe va a depender en gran medida el éxito de preservar la fertilidad", ha apostillado, tras destacar la importancia de estudiar "cada caso" de forma individual, dado que la presencia de metástasis podría "desaconsejar" una estimulación ovárica.

Ahora bien, gracias al avance en estas técnicas se puede ofrecer a estas mujeres la oportunidad de realizar su sueño de ser madres una vez superada la enfermedad, sin renunciar a que sea de su propio material genético.

A diferencia de los varones, las mujeres nacen con una dotación limitada de ovocitos que va disminuyendo a partir de los 35 años cuando apenas queda un 10 por ciento de la reserva inicial, a lo que se suma la reducción de la calidad ovocitaria, por lo que las posibilidades de gestación se ven mermadas con la edad.

Es por ello por lo que se aconseja realizar la preservación de la fertilidad cuando todavía hay una adecuada reserva ovocitaria, es decir no más tarde de los 35 a 38 años. Si bien, como ha puntualizado Calatayud, incluso en edades más avanzadas se debe valorar a cada paciente de forma individual.

VITRIFICACIÓN DE OVOCITOS Y EMBRIONES

De hecho, las técnicas que ofrecen mejores resultados son la vitrificación de ovocitos y de embriones. En ambos casos se requiere una estimulación ovárica previa y la recuperación de esos ovocitos mediante aspiración folicular. Obtenidos los ovocitos, serán vitrificados aquellos que sean maduros y presenten una buena calidad.

En el caso de la vitrificación de embriones, los ovocitos serán inseminados con los espermatozoides de la pareja o de un donante anónimo, según el caso. "La aparición de la técnica de vitrificación embrionaria ha posibilitado una mayor efectividad al lograse mejor supervivencia de los embriones y una mejor tasa de implantación, lo que se traduce en mejores tasas de embarazo", ha señalado la experta.

Respeto a la congelación de tejido ovárico y su posterior maduración 'in vitro', la codirectora de CREA ha señalado que es una técnica con un futuro "muy interesante". En referencia al autotrasplante de ovario, ha destacado que aunque es poco utilizada, supone otra opción para estas pacientes.

"Se trata de trasplantar el ovario a una zona alejada de donde se vaya a recibir radioterapia para que ésta no afecte a la reserva del ovario (trasplante heterotópico). En los casos en los que se reimplanta tejido ovárico, no sólo se preserva la fertilidad, sino que se puede recuperar además la función endocrina del ovario", ha recalcado.

Por lo que respecta a la preservación de fertilidad en los varones que van a recibir un tratamiento oncológico, se realizará previamente la congelación de sus espermatozoides. De esta forma, se valorará la supervivencia a la congelación de cada muestra congelada y según el resultado se aconsejará congelar tantas muestras como sea posible antes del comienzo de la terapia.

Así, como ayuda a la detección precoz del cáncer de testículo o de alguna patología de tipo reproductivo en el varón, entre otras rutinas como la autoexploración, CREA ha aconsejado el análisis de una muestra de semen a los varones de entre 15 y 35 años.

"El cáncer de testículo es el más frecuente entre los varones jóvenes de entre 15 y 35 años y su incidencia está aumentando en la actualidad. En ocasiones, el primer signo de la aparición de esta enfermedad es una gran reducción en la producción de espermatozoides lo que solo puede ser diagnosticado a través de un análisis de semen", ha apostillado.

De hecho, según datos de la pasada campaña, el 60 por ciento de los jóvenes presentaba valores por debajo de los niveles de referencia de normalidad establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), un signo de posibles problemas de tipo reproductivo, pero también, en determinados casos, de mayor riesgo de aparición de un proceso neoplásico a nivel testicular.