Expertos defienden que la reproducción asistida debe ser una herramienta preventiva frente a la baja fecundidad actual

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Archivo - Embarazada. - FREESTOCKS, UNSPLASH - Archivo
Publicado: martes, 2 abril 2024 13:37

MADRID 2 Abr. (EUROPA PRESS) -

Diferentes expertos se han mostrado a favor de que el sector de la reproducción asistida empiece a concebirse a sí mismo en términos preventivos, de forma que pueda ser una herramienta útil para las mujeres para poner freno a la baja fecundación que existe actualmente en España.

Así se han pronunciado durante la I Jornada científica Ginemed-Ginefiv sobre 'Demografía y reproducción humana asistida'. En el encuentro también se ha señalado que España encabeza los índices de baja fecundidad en Europa desde hace más de 20 años. Concretamente, desde la década de los 90 existe un desfase entre el reloj biológico y el reloj social de la maternidad, lo que conduce a la disparidad entre las aspiraciones reproductivas y la realidad de las mujeres y parejas españolas.

Además, la tasa actual de fecundidad en España es de 1,1 hijos por mujer, aunque el promedio de hijos deseados es de 1,9 y más del 39 por ciento de las españolas entre 45 y 55 años sin descendencia habrían deseado tener hijos.

"Hay que evitar que las mujeres empiecen a construir su proyecto reproductivo a una edad avanzada, ya que puede producirse un desajuste entre sus expectativas y las posibilidades reales de lograr un embarazo exitoso con sus propios gametos", ha asegurado el miembro del comité científico de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), José Mª Fernández Moya.

Por eso, el director médico de Ginefiv y Ginemed y vicepresidente de la Sociedad Española de Fertilidad (SED), Joaquín Llácer, ha destacado que "la reproducción asistida permite un doble abordaje: por un lado, ayuda a las mujeres que han retrasado su maternidad a tener hijos; por otro, también se centra en la preservación de la fertilidad, mediante técnicas como la vitrificación de ovocitos, para evitar complicaciones futuras".

Asimismo, desde la SEGO remarcan la "importancia de incluir el análisis de la hormona antimülleriana en las revisiones ginecológicas, junto a información de carácter demográfico y asociada al factor edad para las mujeres que deseen conocer el estado de su fertilidad, ya que permitiría establecer una planificación reproductiva desde una edad temprana", según ha explicado un representante en la jornada.

Ambos expertos coinciden también en la importancia de que las revisiones ginecológicas periódicas sean pro-fertilidad. "Debemos hablar de planificación familiar con las pacientes y explicar a la mujer qué debe hacer para quedarse embarazada si eso es lo que quiere, al igual que se informa sobre los métodos anticonceptivos para evitar gestaciones indeseadas", concluye Llácer.

LA BAJA FECUNDIDAD CONDICIONA LA EVOLUCIÓN COLECTIVA DE LA SOCIEDAD

Durante la jornada se ha puesto de manifiesto el impacto demográfico de los bajos niveles de fecundidad. "Tiene consecuencias tanto a nivel macro -al relacionarse directamente con el volumen de población, la estructura de la misma por edad o el ritmo de envejecimiento- como a nivel micro -al influir en las trayectorias vitales de las personas y parejas que viven en su propia piel la frustración respecto a sus aspiraciones reproductivas-", ha expuesto la investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Teresa Castro.

"Todo ello condiciona la evolución colectiva de la sociedad y la organización social futura, a la par que refleja un déficit de bienestar individual y colectivo en la actualidad", ha añadido Castro.

Así, este contraste entre las expectativas y la realidad se refleja en datos muy concretos, como que el 10 por ceinto de las españolas hayan tenido su primer hijo a partir de los 40 años, frente a la edad percibida socialmente como idónea para tener hijos en el caso de las mujeres, que estaría en los 29 años.

"Por eso es fundamental remarcar que tanto los factores económicos como los institucionales y sociales repercuten en el aplazamiento de las decisiones reproductivas. El retraso de las transiciones vitales a la vida adulta conduce a que se postergue la decisión de tener el primer hijo, lo que aumenta la probabilidad de infertilidad", ha explicado la experta.

No obstante, "un aspecto positivo es que hemos empezado a hablar de derechos reproductivos, poniendo también en el centro la voluntad de formar una familia con el número de hijos deseados y partiendo de que el cuidado y el bienestar de los niños es una responsabilidad colectiva, ha enfatizado Castro.