MADRID, 10 Jun. (EUROPA PRESS) -
Contar con una Atención Primaria "resolutiva y bien dotada"; una financiación "capitativa, basada en la salud de la población"; un plan de choque de financiación sanitaria pública y dotar a los centros públicos de "buenas herramientas de gestión" son medidas "fundamentales" para la modernización del Sistema Nacional de Salud (SNS), según han resaltado expertos en la jornada 'La oportunidad y conveniencia de transformar el modelo de salud', avalada por la EIT Health, Fundación Signo, ITEMAS y SEDISA, con la colaboración de Meeting Pharma Group y el patrocinio de Laboratorios Servier.
Beatriz González López-Varcárcel, catedrática de Economía Aplicada de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, ha resaltado que el gran reto es transformar el sistema para que sea parte del SNS y se evalúe por el valor.
"Hemos vivido un gran avance de conocimiento biomédico este año. La digitalización ha ido mucho más allá de la telemedicina, como la tendencia de extraer el valor de los datos (imágenes, historia clínica, prescripciones, etc.), la telecirugía, la telemonitorización o el telediagnóstico. Debemos estar preparados para poder integrar estos avances de una forma eficiente en nuestro modelo organizacional", ha destacado.
En este sentido, Rafael Bengoa, co-director en The Institute for Health and Strategy (SI-Health) y asesor Internacional en Reformas Sanitarias, ha señalado que la transformación del SNS debe partir de la coordinación entre los servicios sociales y sanitarios, fomentando una trayectoria horizontal integrada y colaborativa.
"Una mayor colaboración se traduce en un mejor resultado de gestión y menos visitas a urgencias, entre otros aspectos. Para llegar a esto, es fundamental desarrollar estructuras de gobernanza donde se fomente la comunicación. Hay que asegurar que haya acuerdos colaborativos entre los clínicos de primaria y hospitalaria, eliminando las barreras que no facilitan dicha colaboración", ha detallado.
Jaume Ribera, profesor del IESE Business School, ha hecho hincapié en la importancia de pagar por el valor, además de identificar y eliminar aquello que resulta ineficiente. "Existen estudios internacionales que han afirmado que hay un 25-40 por ciento del gasto sanitario que no aporta valor. Si tenemos esto en cuenta, y revisamos la cartera de servicios, podemos excluir aquellos elementos que muestran una eficiencia baja o nula", ha insistido.
En esta línea, Ribera ha remarcado que los cambios deben fundamentarse en "un modelo de salud centrado en las personas, en un uso efectivo de los recursos escasos disponibles y en considerar la salud como motor económico, aprovechando las oportunidades que brinda la colaboración público-privada".