MADRID 10 Abr. (EUROPA PRESS) -
El doctor Colin Dayan, del Grupo de Diabetes y Autoinmunidad de la Facultad de Medicina de la Universidad de Cardiff (Reino Unido), pone el foco en la prevención de la diabetes tipo 1 y asegura que "es posible avanzar hacia una diabetes tipo 1 (DT1) sin insulina si se entienden las etapas de la enfermedad".
Este ha sido uno de los puntos tratados en la conferencia inaugural del XXXV Congreso Nacional de la Sociedad Española de Diabetes (SED), donde se han resumido los resultados de los principales ensayos en marcha centrados en la prevención de la DT1.
El experto galés defiende la necesidad de cambiar el manejo de esta enfermedad mediante el uso de inmunoterapia de bajo riesgo, con el objetivo de preservar la función endógena de las células beta y facilitar sustancialmente el control metabólico. De esta forma, asegura, "la insulina y/o el reemplazo de células beta (células madre o trasplante) deberían considerarse en el futuro terapias de rescate reservadas para presentaciones tardías".
Según los resultados que se van conociendo de estos estudios, se apuntan nuevas y revolucionarias tendencias en la prevención de la diabetes tipo 1. "Debemos pensar en cómo evaluar a los familiares de primer grado de personas con DT1 (que tienen un riesgo 10 veces mayor), y más tarde a la población general, para detectar la diabetes tipo 1 preclínica (utilizando autoanticuerpos de los islotes), antes de que se pierdan demasiadas células productoras de insulina", aconseja el profesor Colin.
Aparte de los avances en terapias dirigidas a la prevención de la enfermedad a través de la inmunoterapia (ya con un fármaco disponible que puede retardar el diagnóstico de DT1 una mediana de 2 años en personas de alto riesgo), "se están desarrollando nuevas insulinas y sistemas de administración que facilitan este tratamiento en personas con diabetes tipo 1", resalta el presidente de la SED, el doctor Antonio Pérez Pérez.
De la misma forma, según indica el máximo responsable de la SED, se está mejorando en la exactitud y precisión de los sistemas de monitorización continua de la glucosa y en lo que se conocen como sistemas de páncreas artificial o sistemas de infusión automatizada de insulina, incorporando una bomba de insulina (un sensor continuo de glucosa intersticial en tiempo real y un algoritmo que determina la cantidad de insulina que la bomba debe infundir en función de las lecturas realizadas por el sensor).
Entre las principales mejoras en el abordaje de las personas con diabetes tipo 2, el doctor Pérez apunta a "la incorporación de la tecnología (esencialmente la monitorización continua de glucosa) para el manejo de los pacientes tratados con insulina, y el extraordinario desarrollo de nuevos fármacos orales e inyectables (agonistas de receptor de GLP1, agonistas duales GLP1/GIP e inhibidores de la SGLT2) para el tratamiento de la hiperglucemia y las comorbilidades asociadas a la diabetes".
Estos fármacos han modificado en gran medida las estrategias de tratamiento de los pacientes con diabetes tipo 2 ya que, además de su efecto sobre control glucémico sin incrementar el riesgo de hipoglucemia, reducen el peso corporal y tienen efectos beneficiosos en la protección cardiovascular y renal. Además, "en el caso de los agonistas de receptor de GLP1 y los agonistas duales GLP1/GIP, por su efecto sobre el peso, podemos hablar de la posibilidad de alcanzar la remisión de la enfermedad a largo plazo", asegura el presidente de la SED.
Todos estos progresos no son incompatibles con una amenazante realidad. Por un lado, a día de hoy la diabetes tipo 2 es una auténtica epidemia en todo el mundo. En España, según los datos del Centro de Investigación Biomédica en Red de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (CIBERDEM), la prevalencia total de diabetes tipo 2 se sitúa ya en el 13,8 por ciento de la población, cifra que se convierte en realmente alarmante si se considera que el seis por ciento de la población tiene diabetes y lo desconoce, y que más del 10 por ciento de la población adulta está en situación de riesgo de desarrollar diabetes. Por otra parte, la diabetes tipo 1 supone entre el 10 y el 15 por ciento del total de casos y es una de las enfermedades crónicas más frecuente en la infancia.
Además de la alta prevalencia, tal y como reconoce el doctor Pérez, que trabaja en el Servicio de Endocrinología y Nutrición*del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau (Barcelona), "la diabetes es una enfermedad compleja en la que los problemas de salud que provoca a largo plazo son más importantes que los episodios agudos (tales como la hiperglucemia o la hipoglucemia), y supone una importante sobrecarga para la persona que la padece y para el sistema sanitario".
Pero hay otros aspectos que preocupan especialmente al presidente de la SED, quien recuerda que "la equidad es un valor fundamental de nuestro sistema sanitario y la innovación en medicamentos, procedimientos y la digitalización son también importantes para seguir mejorando la salud y la calidad de vida de los pacientes con diabetes". Sin embargo, tal y como denuncia, "en la actualidad la incorporación en la práctica clínica de nuevos medicamentos o herramientas se ve limitada, entre otros factores, por aspectos regulatorios de la prescripción (como los visados, que frecuentemente obedecen a criterios económicos sin considerar el valor añadido del fármaco)".
Precisamente por tratarse de criterios no científicos, la aplicación de las restricciones es muy heterogénea entre países de nuestro entorno y entre las distintas comunidades autónomas de España. A ello se suma la publicación de guías, y sobre todo recomendaciones y consensos, con diferencias en los aspectos fundamentales y sin clara distinción de si las indicaciones se sustentan en la ficha técnica, la evidencia científica o la opinión de los autores. "Todo esto puede ser que lleve a confundir más que a conducir, y a favorecer la falta de equidad", sentencia el presidente de la SED.