MADRID, 23 May. (EUROPA PRESS) -
En los pacientes con enfermedades reumáticas, la patología más frecuente en el pie se debe a trastornos estáticos estructurales (pie plano, cavo o laxo) que se traducen en molestias funcionales y trastornos de la marcha, y se ven afectados también por la patología de partes blandas (helomas, onicopatías, dermopatías...), explica el doctor Pere Benito Ruiz, reumatólogo en el Hospital del Mar (Barcelona), quien advierte de la importancia del diagnóstico en estos pacientes.
Estas patologías son atendidas por diferentes profesionales como traumatólogos, reumatólogos, ortopedas, podólogos, o rehabilitadores, lo que hace difícil establecer su frecuencia que, a su juicio, "con toda seguridad es muy elevada". De hecho,a largo plazo, el 100% de los pacientes con artritis inmunomediadas (artritis reumatoide, artritis psoriásica, espondilitis anquilosante, etc., van a tener sintomatología en esta zona anatómica.
El dolor, la limitación funcional y los trastornos de la marcha son los síntomas más frecuentes por los que estos pacientes consultan a su reumatólogo. En este sentido, ha insistido en la importancia del diagnóstico precoz "ya que es fundamental para su tratamiento apropiado y para evitar daños irreversibles".
"Existe mucha confusión y el paciente suele acudir al podólogo, lo que en algunas ocasiones retrasa el diagnóstico", señala el experto, quien ha sido el coordinador del ' Taller SER de exploración y patología del pie', que se ha celebrado los días 20 y 21 de mayo en Madrid y en formato virtual, contando con la colaboración de Nordic Pharma.
Durante el curso de la SER, también se han abordado distintos aspectos relacionados con la patología ortopédica del niño y la patología del pie inflamatorio en la infancia. En este caso, el doctor Benito asegura que "la sintomatología en el pie infantil más importante es la derivada de las artritis idiopáticas juveniles (AIJ) que son, por tanto, dolencias cuyo responsable es el reumatólogo. Otros trastornos en los niños no suelen dar síntomas, pero se debe estar muy atentos a la deambulación, cojeras, inflamaciones, disminución de actividad, etcétera".
"Para un correcto cuidado del pie infantil resulta fundamental instruir a los progenitores en la detección de alteraciones estructurales o funcionales, en las primeras etapas de la vida", sostiene el especialista.