SEVILLA 28 Jun. (EUROPA PRESS) -
El doctor Rafael Pamies, moderador de la mesa redonda 'Patología alérgica en la infancia', que ha acogido la 'XXXIX Reunión Anual de AlergoSur', apostó por que se "induzca" en pequeñas ingestas la tolerancia a los alimentos que, desde un primer momento, provoca en el niño una respuesta inmunológica adversa que le lleva a desarrollar una alergia al mismo.
Pamies apostó así por la línea ya apuntada por varios estudios que tratan de inducir el fenómeno de la tolerancia "administrando, progresivamente y partiendo desde pequeñas cantidades, el alimento en cuestión, hasta alcanzar una dosis normal que ha de mantenerse diariamente", explicó.
Este procedimiento, conocido como SOTI (del inglés 'Specific Oral Tolerance Induction', "está generando muchas expectativas y abre nuevas vías de intervención en niños con alergia alimentaria", insistió este experto, quien recordó que, hasta hace poco tiempo, el único tratamiento disponible era la exclusión del alimento responsable de la dieta del niño, "en espera de que éste acabara desarrollando de manera natural el denominado proceso de tolerancia".
En este sentido, recordó que las alergias alimentarias son reacciones adversas a alimentos producidas por un mecanismo inmunológico, cuyos síntomas van desde un ligero malestar, hasta reacciones graves, potencialmente mortales, que necesitan intervención médica inmediata.
Según dijo, esta patología puede afectar a entre un uno y un tres por ciento de adultos y a entre un 4 y 6 por ciento de niños. No obstante, puntualizó, "se sabe que esta cifra es muy superior en pacientes con dermatitis atópica, donde puede alcanzar hasta un 30 por ciento".
Recordó que la alergia alimentaria se considera, al igual que la dermatitis atópica, el asma bronquial y la rinoconjuntivitis alérgica, una enfermedad atópica y, por tanto, "con un fuerte componente hereditario asociado, por lo que se desarrolla tanto más frecuentemente cuantos más familiares de primer grado atópicos tenga el niño".
En cuanto a las más frecuentes, Pamies apuntó que son aquellas que se suelen introducir en la dieta del recién nacido como la leche, el huevo y el pescado, y que su diagnóstico es un verdadero problema dadas las limitaciones dietéticas de los niños y sus mayores necesidades nutritivas en comparación con los adultos.
"Lo mejor que se puede realizar en estos niños es un diagnóstico lo más precoz posible mediante un estrecho seguimiento y solicitar, ante los primeros síntomas, un adecuado estudio alergológico que debe ser individualizado según cada caso", ahondó.