MADRID, 27 Sep. (EUROPA PRESS) -
Un estudio de la Universidad de Gotemburgo (Suecia) ha avalado que los corazones que sufren de insuficiencia cardiaca inducida por el estrés, conocida popularmente como síndrome del corazón roto, también puedan ser utilizados en trasplantes, en contra de las recomendaciones científico-médicas hasta el momento.
Según estos investigadores, uno de cada cuatro corazones examinados para una posible donación es descartado como inutilizable debido a una insuficiencia cardíaca inducida por el estrés. Pero esta afección, según esta nueva investigación, no tiene relación con el resultado de un trasplante.
"Calculamos que el suministro de corazones donados podría incrementarse en un 20-30 por ciento si se utilizan estos corazones. La utilización sistemática de estos corazones significaría un gran avance para el trasplante de corazón, ya que más pacientes podrían ser aceptados para el trasplante", asegura el líder de este estudio, Jonatan Oras.
El estudio, publicado en la revista 'The Journal of Thoracic and Cardiovascular Surgery', se basa en datos de 641 posibles donantes de corazón en Suecia en los años 2006-2016. O bien estas personas, que habían sido declaradas con muerte cerebral, habían dicho sí a la donación durante sus vidas o bien sus supervivientes habían dado el visto bueno.
Hasta un 24 por ciento de los donantes potenciales tenían cardiomiopatía aguda inducida por el estrés, en el que la función cardíaca se ve afectada en una parte del corazón, mientras que las otras partes laten normalmente. Esta afección es causada por el aumento masivo de las hormonas del estrés observado en el curso de la muerte cerebral.
El deterioro funcional parece ser transitorio: en unas pocas horas o días, el corazón se recupera. Sin embargo, hay recomendaciones de que estos corazones no deben ser trasplantados. Por lo tanto, el proceso de selección varía de un lugar a otro. Hasta la fecha, el centro de trasplantes de Gotemburgo ha tenido una experiencia clínica favorable en el trasplante de corazones con insuficiencia cardíaca inducida por el estrés, y en el estudio actual se han registrado 42 casos de este tipo.
Los resultados muestran que cuando los corazones de los donantes habían estado sujetos a insuficiencia cardíaca inducida por el estrés, los resultados para los receptores no fueron diferentes. Tampoco se vio afectada la mortalidad, sino que se ajustó a la tasa esperada del 20 por ciento en ambos grupos después de diez años.
"El deterioro de la función cardíaca parece ser temporal y no es causado por una enfermedad de las arterias coronarias u otra enfermedad cardíaca. Este hecho encaja bien con la insuficiencia cardíaca inducida por el estrés. Cuando examinamos repetidamente estos corazones, vemos que su función se recupera rápidamente", asegura Oras.