MADRID, 4 Mar. (EUROPA PRESS) -
La práctica de ejercicio físico aeróbico de alta intensidad mejora la atención, la memoria de trabajo y la cognición social de las personas con esquizofrenia, según un estudio presentado durante el XXVII Curso Nacional de Actualización en Psiquiatría, celebrado en Vitoria-Gasteiz.
"El ejercicio físico no sólo mejora las capacidades físicas y problemas metabólicos como el colesterol, sino que también tiene un efecto importante a nivel cerebral y en los síntomas propios de la enfermedad", ha explicado la psiquiatra miembro del equipo que desarrolla el estudio, liderado por el Hospital Psiquiátrico de Araba, el Departamento de Educación Física y Deportiva de la Universidad del País Vasco y de Deusto, Nagore Iriarte.
En concreto, el estudio, que se desarrollará con 150 participantes, indica que el ejercicio "produce cambios en la estructura cerebral, como una menor pérdida de volumen en sustancia gris o una mayor conectividad estructural en las fibras de la sustancia blanca", según la experta.
Además, Iriarte ha agregado que "genera cambios a niveles biomoleculares, ya que elevan las concentraciones de factores neutrotróficos BDNF, lo que aumenta la neuroplasticidad en las áreas del cerebro relacionadas con la memoria y atención".
Las personas con esquizofrenia pueden presentar síntomas positivos, como alucinaciones o delirios; síntomas negativos, como la dificultad para experimentar placer, falta de energía o interés y síntomas cognitivos.
"Los antipsicóticos han demostrado eficacia a la hora de tratar los síntomas positivos. Sin embargo, no son tan eficaces con los síntomas negativos o con el deterioro cognitivo. Por eso se planteó el uso conjunto de antipsicóticos e intervenciones no farmacológicas como la rehabilitación cognitiva o el ejercicio físico para abordar estas áreas", ha explicado Iriarte.
El estudio se desarrolla con ejercicio aeróbico interválico y alterna cargas de moderada y alta intensidad. La intervención consiste en 10 minutos de calentamiento y 20 minutos de bicicleta que se combina con 30 minutos de ejercicios de fuerza con mancuernas o balones tres días a la semana durante cinco meses.
"Cada paciente realiza los ejercicios junto a un profesional que lo supervisa de forma personal y adaptada a sus necesidades, ya que, antes de comenzar el proyecto, se analizó la capacidad cardiorrespiratoria de cada uno de ellos y, en función de sus resultados, se diseñó un programa apropiado", ha matizado la experta.