MADRID 30 Ene. (EUROPA PRESS) -
El radiólogo del Hospital Ruber Internacional, el doctor Miguel Chiva de Agustín, afirma que la eficacia de la termoablación por microondas, en tumores inferiores a un centímetro, es de casi el 100 por ciento, un procedimiento que se lleva a cabo "cuando no se puede operar el tumor o cuando el paciente no quiere someterse a una cirugía", entre otros.
En la actualidad, el tratamiento de elección del cáncer de mama es quirúrgico, lo que supone quitar un trozo de mama a la paciente, incluso la mama entera, en algunos casos, "algo que tiene mucho valor para ella", destaca el doctor Miguel Chiva de Agustín, radiólogo del Hospital Ruber Internacional.
En este sentido, la termoablación, una técnica mínimamente invasiva, consiste en la aplicación controlada de calor en el interior del tumor con el objetivo de destruirlo. Mediante esta técnica, las ondas electromagnéticas de microondas producen un calentamiento y, por tanto, una quemadura con necrosis del tejido tumoral. En el caso del cáncer de mama, se hace bajo control ecográfico, es decir, el equipo médico se guía por la ecografía.
"No sólo se persigue quemar el tumor, sino también sus bordes, ya que siempre se quema un poco de la periferia, es decir, de tejido sano, para que no queden restos del tumor sin destruir", señala el doctor Chiva.
De esta manera, el experto sostiene que "en poco tiempo, consigues una ablación completa", además de ser una técnica muy rápida y eficaz que no requiere de ingreso hospitalario y "contribuye al tema estético, ya que la mama es muy importante para la mujer. En definitiva, esta técnica, aporta muchas ventajas".
No obstante, el experto no recomienda realizar esta terapia en tumores de más de tres centímetros, ya que no se consigue "una buena ablación porque va a quedar tumor, por lo que, al final, va a ser peor el remedio que la enfermedad".
UNA TÉCNICA DE CUATRO MINUTOS
El doctor Chiva indica que, antes de empezar, deben cumplirse dos requisitos. "Por una parte, el paciente debe coagular bien y, por otra, se debe confirmar que no tenga alergia a la anestesia local".
Según el especialista, antes de que empiece el procedimiento, a la paciente se le administra Paracetamol intravenoso "para conseguir un ambiente antiálgico". Después, se infiltra anestesia local en la mama y, una vez que la zona está anestesiada, se introduce la aguja y se realiza el tratamiento "durante dos minutos a 30 vatios, por ejemplo". "Es una técnica tolerable al cien por cien", subraya.
Una vez posicionada y durante un tiempo y una potencia determinados, que se calculan previamente según el volumen de la lesión, se deja que las microondas actúen sobre un volumen concreto de tejido, que va en consonancia con el tamaño del tumor.
Una vez terminado el procedimiento, se extrae la antena de microondas y la paciente se queda en observación durante una hora y media o dos, aproximadamente. Según el doctor Chiva, la paciente debe realizar un reposo relativo las primeras 24 horas, después del procedimiento, pudiendo hacer vida prácticamente normal.
CASOS NO INDICADOS
Como indica el doctor Miguel Chiva, aquellos casos en los que no hay posibilidad de realizar una cirugía corresponden "o bien cuando la enfermedad está diseminada y hay enfermedad metastásica o tiene otro tumor, además del cáncer de mama".
"Otras pacientes que se pueden beneficiar son las que están solo tratadas con hormonoterapia, sin cirugía, y tras unos años de tratamiento se produce una resistencia a la terapia hormonal lo que plantea un cambio de tratamiento", explica el doctor.
Sin embargo, existen situaciones en las que técnicamente no se puede hacer la ablación, "por ejemplo, cuando el tumor infiltra la piel, ya que habría que quemarla para quitarlo", señala. Otra contraindicación es cuando el cáncer infiltra los músculos del tórax o cuando el tumor es de gran tamaño.
UN REGISTRO NACIONAL
"En España, como no se hacen tantas ablaciones porque lo habitual, si se puede, es operar al paciente, estamos sumando muchos casos de pacientes sin indicación quirúrgica entre múltiples centros hospitalarios. Lo que se busca es la evidencia científica de la técnica, para que pueda ser utilizada de forma segura y eficaz", indica el experto.
"Nosotros les hacemos una ablación y, pasados 12 meses, realizamos una biopsia amplia. Así, se demuestra, sin quitar la mama, que ya no queda tumor, por tanto, que hemos hecho un buen tratamiento", añade.
"A día de hoy, solo estamos haciendo ablación de tumores en los casos que no se pueden operar. En un futuro, en algunos casos, esta técnica podrá ser una clara alternativa a la cirugía de la Mama. Es sin duda una técnica muy prometedora", concluye el doctor.