El diagnóstico de un trastorno bipolar se retrasa una media de cinco años: ¿por qué?

Trastorno bipolar
FLICKR / DIARIO PRESENCIA
Actualizado: lunes, 26 noviembre 2018 13:23

MADRID, 26 Nov. (EUROPA PRESS) -

La confusión del trastorno bipolar con una depresión y el estigma que esta enfermedad mental lleva aparejado frenan su diagnóstico, que se retrasa una media de cinco años, ha revelado el jefe de sección de Psiquiatría del Hospital Ramón y Cajal (Madrid), el doctor José Manuel Montes, durante la inauguración de la exposición #BipolarNoEsBroma, puesta en marcha por el centro sanitario y Lundbeck.

"El trastorno bipolar tarda una media de más de cinco años en ser correctamente diagnosticado tras el inicio de los síntomas. En ocasiones los síntomas pasan desapercibidos ya que falta una adecuada divulgación sobre las características del trastorno", ha explicado el doctor Montes. Además de la depresión, el trastorno bipolar puede incluir episodios de manía o euforia desmedida.

Además, "la persona que lo sufre o los allegados no son conscientes de que se está produciendo o incluso ocultan síntomas o no acuden a solicitar ayuda por temor a ser diagnosticados de un trastorno mental dada la estigmatización entre la sociedad hacia ellos", ha agregado el experto.

El trastorno bipolar, una enfermedad que afecta a los mecanismos que regulan el estado de ánimo, afecta a un 2 por ciento de la población mundial, más de un millón de personas en España. Sin embargo, únicamente 300.000 personas han sido correctamente diagnosticadas de esta enfermedad mental, lo que quiere decir que siete de cada diez que la padecen no tienen conocimiento de ello.

En cuanto al estigma, la presidenta de la Asociación Bipolar Madrid, Isabel Mesa, ha explicado que está relacionado con el desconocimiento sobre el trastorno. "El desconocimiento sobre la enfermedad mental genera en la sociedad un rechazo injustificado, prejuicios, miedo o discriminación en el ambiente laboral. En los afectados produce malestar, ansiedad y una autoestima baja", ha señalado.

"Es un arma de doble filo: en el plano social, a nivel de amistades o familia, supone un rechazo por parte del círculo de iguales; a nivel laboral, las empresas no apuestan por la contratación de una persona con trastorno bipolar. Estos dos ejemplos llevan a las personas afectadas a ocular la enfermedad para evitar el rechazo, lo que genera un mayor estrés social añadido al propio cuadro bipolar", ha matizado la presidenta de la Asociación Bipolar Madrid.

Asimismo, Mesa ha subrayado el flaco favor que la banalización de la enfermedad hace tanto para el diagnóstico como para el conocimiento de la enfermedad, aspecto en el que incide la exposición de Hospital Ramón y Cajal. "No se trata de ninguna broma", ha zanjado la presidenta de la Asociación Bipolar Madrid.

"Se necesitan muchísimas campañas de concienciación de las enfermedades mentales para que cuando se hable de ello no se banalice. No acabamos de entender que las enfermedades mentales son una enfermedad más. Todavía falta mucho, mucho", ha lamentado Mesa.

En este sentido, ha recalcado la necesidad de que "el Estado haga campañas de sensibilización y divulgativas en colegios, empresas, universidades de Comunicación y Ciencias de la Información para que se conozca de qué trata el trastorno". "El objetivo es erradicar el estigma", ha reclamado.

VIDA NORMALIZADA

Por su parte, el doctor Montes ha asegurado que la acción pretende que la opinión pública tenga conocimiento de la enfermedad y de que se puede diagnosticar y tratar adecuadamente. "El tratamiento psicofarmacológico va a lograr estabilizar el estado de ánimo y evitar las recaídas", ha señalado el experto.

La estabilización del estado de ánimo, que revierte en que la persona que sufre un trastorno bipolar tenga una vida normalizada, se lleva a cabo con sales de litio, "pero también se utilizan cada vez más algunos antipsicóticos", ha explicado el doctor Montes.

El psiquiatra del Ramón y Cajal ha puntualizado que "de forma paralela, es muy importante que el paciente siga un programa de psicoeducación, que consiste en adquirir conocimientos sobre el propio trastorno y la necesidad de seguir el tratamiento adecuadamente, así como sobre la detección y prevención de nuevos episodios. Además, se aportan consejos sobre la necesidad de llevar una adecuada higiene del sueño o no consumir drogas".