El diagnóstico precoz de la DMAE podría suponer el freno a la ceguera

Retina con DMAE
IMO
Actualizado: lunes, 14 septiembre 2015 15:03

MADRID 14 Sep. (EUROPA PRESS) -

La detección precoz de la degeneración macular asociada a la edad (DMAE), a través de revisiones periódicas del fondo del ojo, "es de vital importancia para evitar la ceguera del paciente", ha recordado el profesor Francisco Gómez-Ulla, director médico del Instituto Oftalmológico Gómez-Ulla.

Con motivo de la celebración de la Semana Internacional desde el Instituto Oftalmológico Gómez-Ulla se quiere incidir en que el tratamiento dirigido a la DMAE es mucho más efectivo en los estados iniciales de la enfermedad.

hay que tener especial atención en aquellos colectivos de mayor riesgo, que según explican son personas de más de 60 años, con antecedentes familiares, con el iris de color claro, con hipertensión o hipercolesterolemia, fumadores o que, por su trabajo, están expuestos a la luz solar de manera excesiva.

Esta afección ocular es la principal causa de ceguera en personas de más de 60 años en países desarrollados, afectando a 40.000 personas en Galicia y a un total de 700.000 en toda España.

"Se prevé que hacia el año 2020 hasta 7,5 millones de personas de más de 65 años en todo el mundo podrían sufrir una pérdida de visión como consecuencia de la DMAE", añade.

Los motivos, el progresivo envejecimiento de la población y el desconocimiento generalizado de esta enfermedad por parte de la población que hace que el paciente asocie la pérdida de visión con la aparición de cataratas o de presbicia.

Quienes sufren DMAE ven una mancha oscura en el centro de la visión, pérdida de agudeza visual, ven curvadas las líneas rectas, la ausencia de algunas letras y palabras durante la lectura y les resulta imposible distinguir correctamente los detalles de los objetos pequeños como las teclas de un teléfono.

En la actualidad hay activos tres ensayos clínicos de nuevos tratamientos que buscan frenar o mejorar la DMAE. Uno de ellos está centrado en el retraso o freno de la DMAE seca, a través del primer fármaco para esta afección, el lampalizumab, ya que en la actualidad no es posible que un paciente con esta tipología de DMAE recupere la visión perdida.

Los otros dos ensayos están focalizados en la DMAE húmeda para intentar mejorar los tratamientos ya existentes. "El Instituto Oftalmológico Gómez-Ulla participa activamente en los tres ensayos. De los dos ensayos clínicos para la DMAE húmeda, nuestra Clínica coordina en España la fase III (final) del estudio en el que se combinan dos fármacos con el objetivo de evitar que se formen vasos debajo de la retina, que producen fluido líquido, y su cicatrización posterior", declara el director médico de la Clínica.

¿CÓMO SE TRATA LA DMAE?

El tratamiento actual de la DMAE consiste en la inyección repetida de fármacos en el interior del ojo. Cuando la enfermedad ya no tiene tratamiento por estar en etapas muy avanzadas, el paciente deberá recurrir a las AYudas de baja visión.

"Con las Ayudas de Baja Visión, que prescribimos en el Instituto Oftalmológico Gómez-Ulla, se busca potenciar la visión residual para mejorar la calidad de la vida diaria de los pacientes y muchas de sus actividades. Hay filtros y también ayudas de baja visión bien ópticas o electrónicas para trabajos de cerca como microscopios, lupas de soporte y lupas portátiles que aumentan el tamaño de objetos próximos, permitiendo realizar actividades como leer, escribir, o coser", explica.

" También existen ayudas para ver de lejos como telescopio manual fijo o móvil que permiten aumentar el tamaño de los objetos lejanos para realizar actividades como ver la televisión, señalizaciones y otras tareas a diferentes distancias", comenta Gómez-Ulla.

La DMAE es una enfermedad que con frecuencia afecta a los dos ojos aunque no inicialmente. Para su diagnóstico hay que medir la agudeza visual; utilizar la rejilla de Amsler (prueba que permite detectar los primeros síntomas); explorar el fondo del ojo tras dilatar la pupila y hacer exámenes complementarios como la realización de pruebas de imagen como el análisis del espesor de la retina con OCT o la angiografía.

La DMAE puede presentarse de dos formas: seca o húmeda. Mientras la DMAE seca es la más frecuente y la menos invasiva, aunque puede producir una disminución progresiva e irreversible de la visión a lo largo de los años; la DMAE húmeda, es la más agresiva por la aparición de vasos anómalos que provocan una progresión rápida con pérdida de visión en la mayoría de los casos si no se trata a tiempo.