MADRID, 27 Ene. (EDIZIONES) -
La dislexia no es un enfermedad, es una dificultad específica del aprendizaje. Un 10% de población es disléxica y, dentro de este porcentaje, habrá muchos no diagnosticados. Consiste en que niños con inteligencia normal, o por encima de la media, y con escolarización normalizada, tienen dificultad persistente en relación a la lectura y a la escritura.
Así lo describe en una entrevista con Infosalus la portavoz de la Federación española de Dislexia (Fedis) Araceli Salas, educadora infantil y psicomotricista, quien subraya que el origen de la misma es neurobiológico, y con una carga hereditaria muy fuerte, "se cree que más del 70%".
"Es más que tener dificultades a la hora de leer y escribir. Es importante que se conozca que también que afecta a otras áreas, como a la atención, a la organización y a la planificación, así como a la lateralidad (las personas que tienen dificultad en distinguir derecha de izquierda), y también pueden presentar dificultades en el área del espacio-tiempo, y dificultades en la memoria a corto plazo. Eso sí, son muy buenos en la de largo plazo", remarca la especialista.
A su juicio, es muy importante conocer también estos aspectos de cara a que la intervención o ayuda en el colegio tenga en cuenta estas áreas. "Por ejemplo, si tienen dificultades en la memoria de trabajo habrá que buscar aquellas metodologías que activen estas áreas, como el trabajo cooperativo, la metodología multisensorial, con la ayuda de las nuevas tecnologías, por ejemplo, que hagan que el aprendizaje sea más activo", subraya.
LOS SÍNTOMAS
A su vez, la psicomotricista resalta que ningún caso es igual, por lo que los síntomas pueden variar de una persona a otra. Aquí también indica que la dislexia frecuentemente va acompañada de otros trastornos como la discalculia (déficit en el cálculo y resolución de problemas matemáticos), hiperactividad, tdah, el trastorno de coordinación, altas capacidades, y también son muy frecuentes los trastornos a nivel emocional.
- Lectura: Confunde letras, cambia sílabas, y sustituye unas palabras por otras. Lee sin comprender. Al leer presenta repeticiones, omisiones /adiciones de letras o palabras. Al realizar actividades de lectoescritura se queja de sentir o percibir movimientos que en realidad no existen.
- Visión: Parece que tiene problemas de visión o audición aunque los resultados de los exámenes médicos no lo confirman. Sorprende por su agudeza visual y por su capacidad de observación, o por el contrario, carece de la percepción profunda y de la visión periférica.
- Escritura y ortografía: Tiene problemas en la escritura y en el copiado. Hace inversiones, omisiones, adiciones o sustituciones de letras y palabras. A menudo la escritura varía pudiendo ser ilegible en algunos momentos. Su ortografía es fonética e inconstante; cometiendo a menudo errores ortográficos. La manera de tomar el lápiz es diferente, haciendo demasiada presión sobre el papel.
- Coordinación psicomotriz: Las etapas del desarrollo como gatear y caminar se lograron antes o más tarde de lo habitual. A menudo presenta dificultades en las habilidades motoras finas o gruesas (atarse los cordones, patinar, montar en bicicleta, por ejemplo). Mantiene mal el equilibrio. Dificultades de coordinación, es tosco en los juegos de pelota, o en los juegos en equipo, por ejemplo. Se marea fácilmente con algunos movimientos. Puede ser ambidiestro y con frecuencia confunde izquierda/derecha y arriba/abajo.
- Matemáticas y comprensión del tiempo: Puede contar haciendo uso de sus dedos u otros trucos para trabajar las matemáticas. Se defiende con la mecánica de las operaciones aritméticas pero no comprende los problemas. Le cuesta manejarse con el dinero. Tiene dificultades para aprender a manejar el reloj, controlar su tiempo, y entender las tareas secuenciales.
- Cognición memoria y lenguaje: Para comprender usa principalmente imágenes, iconos y sentimientos, mas que sonidos y palabras. Tiene poco diálogo interno. Excelente memoria a largo plazo para experiencias, lugares y caras. Mala memoria para lo aprendido el día anterior, al igual que para secuencias, hechos e información que no ha experimentado. Tiene un oído muy fino. Escucha cosas que a menudo a los demás pasarían desapercibidas. Se distrae fácilmente con los sonidos. Habla con frases entrecortadas, dejando oraciones incompletas, no pronuncia bien palabras largas, se come artículos y tartamudea cuando está estresado.
- Salud: Muy propenso a infecciones de oído. Sensible a ciertas comidas, aditivos y productos químicos. Sueño muy profundo o bien se despierta con mucha facilidad. Suelen continuar mojando la cama.
- Personalidad: Extremadamente desordenado u ordenado compulsivo. Fuerte sentido de la justicia y perfeccionista. Emocionalmente sensible. Tiene cambios bruscos de humor. Mayor capacidad y sensibilidad para percibir el entorno. Capacidad de intuición rápida. Gran curiosidad y creatividad.
Por otro lado, Salas llama la atención sobre el estrés constante al que están sometidos estos menores, a los que muchas veces se les etiqueta de inmaduros o vagos, cuando en realidad presentan una dificultad real. "Más del 80% sufren de estrés o de ansiedad, que a la larga se traduce en un sistema inmunitario debilitado y se ponen más enfermos, empiezan a somatizar y a tener por ejemplo dolores de cabeza, o bien problemas de alimentación", agrega.
Salas explica igualmente que existen diferentes grados de dislexia y, dependiendo de la misma, puede manifestarse a una edad u otra. "Habrá niños que en educación infantil presentan ya muchas dificultades, pero hay otros que se van creando estrategias para superar las dificultades un curso tras otro, aunque con muchísimo esfuerzo. Por ejemplo, se encuentran en primero de ESO, donde ya empiezan a tener realmente problemas. O algunos, de hecho, llegan a Bachillerato sin ser diagnosticados. Incluso ya muchos adultos son disléxicos y no lo saben", advierte la especialista.
La portavoz de la Federación Española de Dislexia considera que en la actualidad la dislexia está infradiagnosticada (la tiene que diagnosticar un psicólogo) porque falta todavía mucha formación y sensibilización a nivel general sobre este trastorno.
"Es más que cometer faltas de ortografía o leer con dificultad, les afecta en su día a día. Las etiquetas con las que se les cataloga desde pequeños, que son vagos, que no se esfuerzan, que en las actividades extraescolares son inmaduros e infantiles, les pueden perjudicar muchísimo, junto al estrés permanente que sufren. Pueden pasar años donde el niño presente dificultades y no sea diagnosticado ni ayudado", alerta Salas.