MADRID, 3 Feb. (EUROPA PRESS) -
Cada año se diagnostican unos 28.000 nuevos casos de cáncer de próstata al año, y se estima que fallecen unos 5.600 hombres. Este datos podrían verse reducidos en los próximos años con una detección temprana, explica el doctor Enrique Grande, del servicio de oncología médica del Hospital Ramón y Cajal, quien sólo ve un problema al respecto: que la prueba que consiste en un tacto rectal todavía es "tabú" y "repele" a los hombres.
"Todos los varones entre 45 y 55 años se deberían hacerse un tacto rectal y una prueba de sangre para determinar los niveles de PSA (antigeno prostático) e identificar así, fácilmente, a los pacientes en los que el tumor apenas ha crecido, y está localizado en la próstata", explica a Europa Press con motivo del Día Mundial del Cáncer, que se celebra este miércoles.
El doctor Grande, quien admite cierta envidia al ver que en el cáncer de mama se ha sabido trasmitir la importancia del diagnóstico precoz, entiende que el miedo del hombre hay que ponerlo en el contexto cultural. "A los varones eso del tacto rectal nos repele, pero hay que vencer los tabúes ya que una prueba sencilla como es un tacto rectal y la medición del PSA nos puede ayudar a evitar muchas complicaciones en el futuro", advierte.
De esta manera los médicos pueden dar al paciente un tratamiento más eficaz, cuando no hay síntomas, que es cuando tiene altas tasas de curación - más del 90% se cura en las fases iniciales-. El problema para el paciente y el médico es cuando da enfermedad ya da síntomas, ya que significa que la próstata crece, provocando alteraciones a la hora de orinar y problemas en la zona del periné.
Los datos de prevalencia pueden impresionar, explica, sin embargo las muertes han ido disminuyendo porque cada vez se diagnostica antes gracias a la estandarización del 'screening' y, en consecuencia, se detectan en estadios iniciales, "tratamientos como la cirugía y la radioterapia son curativos".
Los datos indican que España tiene una alta incidencia, aunque hay que tener en cuenta que este tipo de tumores viene muy relacionado con la edad, de tal modo que cuanto más envejecida es la población mayor número de casos se dan. "En este contexto no es tan mal dato porque significa que tenemos una buena calidad de vida", afirma.
Este tumor aparece a partir de los 55 años, "y en la mayoría de los casos no da síntomas", por eso es fundamental insistir en el diagnóstico precoz; se origina por alteraciones moleculares en la glándula de la próstata y con el tiempo se van potenciando y generando nuevas alteraciones moleculares, al final esa célula adquiere la manera de proliferar y expandirse de manera autónoma.
"Cuando eso ocurre tenemos unas lesiones benignas pero que si no son tratadas y detectadas en esas etapas iniciales van adquiriendo capacidades de malignización que tiene la capacidad de invadir el tejido prostático, los tejidos de alrededor y lo peor viene cuando adquieren la capacidad de invadir los ganglios que tenemos en la pelvis y de penetrar en los vasos sanguíneos y hacer metástasis a distancia, eso significa que aparecen lesiones de células de la próstata en el hígado, pulmones, huesos etc", añade.
Este tipo de cáncer es muy heterogéneo, lo que significa que puede haber pacientes con un cáncer con una progresión muy lenta durante muchos años y, sin embargo, hay pacientes donde el tumor crece de una manera muy rápida.
Esto es importante a la hora del manejo del paciente, ya que ayuda a individualizar el tratamiento que se le va a administrar. "Tenemos que ser capaces de identificar delante de qué paciente estamos y cuál es la mejor estrategia de tratamiento, y pensar cómo secuenciar las distintas estrategias de tratamientos", explica.
"No es tan importante que tratamiento le damos primero sino cuál es nuestro esquema de tratamiento a lo largo de la enfermedad", ya que, añade, "por suerte el paciente de cáncer de próstata va a vivir muchos meses, incluso años, y va a recibir distintos fármacos para el tratamiento que ataca distintas manera de crecer el tumor".
AVANCE EN LA BIOLOGÍA MOLECULAR
Uno de los mayores avances ocurridos en los últimos años, según explica, es que "cada vez tenemos más información sobre la biología molecular y somos capaces de disponer de fármacos que actúan contra las vías de señalización que activan los tumores".
En esta década los expertos han sido capaces de ir contra los principales interruptores de crecimiento del tumor y ésta utilización de los fármacos y la secuenciación de los fármacos ha permitido aumentar no solo la supervivencia de los pacientes sino también la calidad de vida y la aparición de eventos relacionados con la enfermedad.
Desafortunadamente cuando el paciente se hace refractario al tratamiento inicial significa que el tumor va ser difícil que lo acabemos curando, "se puede decir que el tumor se hace listo y aprende a evadirlos", por eso es tan importante conocer la biología más aun la molecular y los mecanismos de resistencia a los fármacos existentes.