MADRID, 25 Ago. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica de Corea han desarrollado un nuevo tratamiento del infarto de miocardio que utiliza nanovesículas derivadas de fibroblastos con apoptosis inducida para modular la respuesta inmunitaria.
El infarto de miocardio, la primera causa de muerte súbita en adultos y la segunda causa de muerte en Corea, es una enfermedad mortal con una tasa de mortalidad inicial del 30 por ciento, y alrededor del 5-10 por ciento de los pacientes mueren incluso si son trasladados a un centro médico para recibir tratamiento.
El número de pacientes con infarto de miocardio en Corea ha aumentado vertiginosamente, pasando de 99.647 en 2017 a 126.342 en 2021, un incremento del 26,8 por ciento en cinco años. Hasta ahora se conocían como tratamientos la administración de fármacos, la angioplastia percutánea y la cirugía de bypass arterial, pero son difíciles de aplicar en casos graves que no responden a ellos.
En este sentido, los doctores Yoon Ki Joung y Juro Lee, del Centro de Investigación de Biomateriales del Instituto Coreano de Ciencia y Tecnología (KIST), junto con los profesores Hun-Jun Park y Bong-Woo Park, de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica de Corea, han desarrollado este nuevo tratamiento.
El infarto de miocardio es una cardiopatía isquémica en la que las arterias coronarias, los vasos sanguíneos que suministran sangre al corazón, se estrechan u obstruyen, lo que provoca un suministro insuficiente de sangre al músculo cardiaco, con la consiguiente deficiencia de nutrientes y oxígeno en el miocardio, lo que da lugar a una función cardiaca deficiente.
Según la empresa de estudios de mercado Technavio, se espera que el mercado mundial de la terapéutica del infarto de miocardio alcance los 2.020 millones de dólares en 2026, con una tasa de crecimiento interanual del 4,7 por ciento.
En los últimos años, se han utilizado nanovesículas derivadas de células madre, como los exosomas, para tratar el infarto de miocardio modulando la respuesta inflamatoria, pero las células madre son difíciles de producir en grandes cantidades, lo que limita su viabilidad económica.
El equipo de investigadores identificó la posibilidad de tratar el infarto de miocardio grave reduciendo la respuesta inflamatoria en el músculo cardiaco mediante una nanomedicina basada en células apoptóticas, que son células que se suicidan debido a cambios bioquímicos en sus células.
Esta respuesta se consiguió uniendo a la superficie de los fibroblastos péptidos específicos del lugar del infarto isquémico de miocardio y sustancias específicas de la fagocitosis de los macrófagos. Con este fin, el equipo desarrolló nanovesículas antiinflamatorias que pueden administrarse específicamente a los macrófagos en el lugar del infarto de miocardio.
En estudios con animales, comprobaron que las nanovesículas inyectadas por vía intravenosa llegaban eficazmente al lugar del infarto de miocardio en ratas y reclutaban específicamente a los macrófagos. Como resultado, la fracción de eyección ventricular izquierda, un indicador de la fuerza contráctil del ventrículo izquierdo, aumentó más de 1,5 veces en comparación con el grupo de control durante 4 semanas.
Además, los efectos de la reducción de la inflamación y la fibrosis y el aumento de la tasa de preservación de los vasos sanguíneos mejoraron la supervivencia de los cardiomiocitos, lo que se tradujo en una mejora de la función cardiaca.
"Éste es el primer estudio que utiliza nanovesículas producidas a partir de células inducidas por apoptosis para tratar el infarto de miocardio, y tiene la ventaja de poder producirlas en masa porque utiliza otras células en lugar de células madre", ha destacado Ki Joung, del KIST.
"En el futuro, planeamos realizar una investigación para verificar la eficacia y seguridad del tratamiento, incluidos ensayos clínicos, mediante una investigación en colaboración con la Facultad de Medicina de la Universidad Católica de Corea y empresas biológicas", ha finalizado.