MADRID, 30 Mar. (EDIZIONES) -
Inducir un parto significa provocar, por medios artificiales, el comienzo de las contracciones del trabajo de parto buscando un nacimiento por vía vaginal. Es un procedimiento seguro y para el que se emplean fármacos.
En una entrevista con Infosalus, la doctora Mercedes Herrero, ginecóloga de Gine4 en HM Hospitales, remarca que la inducción del parto es una estrategia médica de "vital importancia" para salvaguardar la salud de los recién nacidos y de las madres.
"Como toda práctica médica debe aplicarse de manera adecuada, sopesando indicación, riesgos y beneficios. Además, es importante la buena información a mujer, que entienda el porqué", afirma la especialista.
Según aprecia, aunque todas las futuras madres deberán firmar un consentimiento, defiende que la madre debe ser partícipe de la decisión, entenderla y compartirla: "Saber que si el parto finalmente no puede ser vaginal eso no es un fracaso de la maternidad. Lo importante es que un embarazo termine con recién nacido y madre sanos".
En concreto, esta ginecóloga detalla que suele ser necesario inducir el parto en las siguientes situaciones:
-. Causas maternas: algunas enfermedades de la embarazada pueden recomendar que el embarazo termine. Bien para evitar complicaciones que produzca el embarazo, o para poder comenzar tratamientos incompatibles con el mismo.
.- Fetales: cuando el desarrollo fetal es inadecuado, y se sabe que mejorará fuera del útero.
.- Embarazo: si tras unos días después de la semana 40 no hay contracciones o si se rompe la bolsa.
Sobre el momento en el que se decide que es hora de inducir el parto, la doctora Mercedes Herrero mantiene que todo depende del motivo que lleve a ello, señalando que en la mayor parte de los casos será cuando el feto esté a término. "Además de los motivos anteriores existe la inducción electiva, elegida por la paciente y su médico. Debe cumplir criterios de seguridad tanto para el recién nacido como para la madre", apostilla.
La experta de HM Hospitales explica que la inducción de los partos es conveniente en los casos antes citados porque, en caso de haber algún problema, o de que el embarazo se prolongue en exceso, aumenta el riesgo de mortalidad y de daño fetal.
"La placenta se va envejeciendo, puede perder capacidad de aportar nutrientes y oxígeno. La mortalidad materna ha disminuido mucho desde que los partos se realizan en hospitales con criterios de seguridad sanitaria, tanto para el feto como para la madre", celebra.
PROCEDIMIENTOS PARA INDUCIR UN PARTO
Herrero indica en este sentido que a la hora de inducir un parto se suelen emplear fármacos: "Prostaglandinas por vía vaginal, ya que reblandecen el cuello del útero y provocan contracciones; así como Oxitocina, la hormona que produce las contracciones de manera natural. Se administra de manera controlada, por vía intravenosa. Es lo que se suele llamar 'el goteo'. Importante señalar que una mujer puede tener una vía en su vena, y que solo se le administren sueros para hidratarla. Tener un suero puesto no implica tener medicación".
Sobre los riesgos que puede conllevar la inducción de un parto, la ginecóloga de Gine4 en HM Hospitales apunta en primer lugar al fracaso de la inducción ya que, hay casos en los que, a pesar de los medicamentos, no se consigue que las contracciones produzcan la dilatación del cuello del útero, o bien puede darse el caso de que el feto no pueda descender por el canal del parto, por su tamaño o colocación.
También puede aumentar la tasa de cesáreas con los partos inducidos: "Es lógico, pensad que son partos que no han comenzado de manera natural, puede haber condiciones previas que dificulten el parto vaginal".